La Borriquita ha abierto este Domingo de Ramos la tan esperada Semana Santa de Tarifa tras estos dos años de ausencia. Con el preludio del Sábado de Pasión con la Soledad en una tarde esplendorosa, niños con zapatos nuevos y gente estrenando prendas aguardaban a ambos lados de la plaza del Ángel, a las puertas de la iglesia de San Francisco, para asistir a un momento que no se daba desde 2019.
No podía ser de otra manera. Con los pasos de las bravas costaleras de la Borriquita volvía la Semana Santa tras una larga hilera de nazarenos, que este año estrenaban hábito con capuz rojo, túnica blanca y cíngulo rojo. Los andares de las costaleras, 28 debajo del paso, iban acompañados por la asociación musical Cristo del Amor de El Ejido, que llegó por la calle Santísima Trinidad una vez que salió la cruz de guía para incorporarse al cortejo.
La salida del cortejo se retrasó unos minutos. La cruz de guía avanzaba buscando las puertas del mercado de abastos antes de adentrarse en las calles del casco histórico, al resguardo del levante, seguida de niños vestidos de hebreos con palmas y ramas de olivo. Otro buen número de niños salieron de nazarenos, sin capuz en su caso.
La salida del paso se hizo a pulso por el estrecho pórtico de San Francisco y a través de la rampa instalada para salvar los escalones. En ese momento la banda de música comenzó tocar el himno de España bajos los aplausos de los asistentes, ávidos de ver a su cofradía en la calle después de tanto tiempo de espera.
Guiado por los capataces Antonio Jesús Sánchez, Mariano Castro, Samuel Gurrea y Antonio Pino, la Borriquita luce un año más por las calles tarifeñas.
El paso representa a Jesús en su entrada triunfal en Jerusalén, con las imágenes secundarias de San Pedro y dos niños hebreos. La cuadrilla de mujeres, creada en 1999, es una de las primeras de la provincia integrada solo por féminas.
Medinaceli
Un poco más tarde, con la Borriquita ya recogida, la atención se ha centrado en la parroquia de San Mateo, desde donde arrancaba la procesión del Medinaceli, con su largo cortejo de promesas que llevaban tres años esperando poder salir detrás del Cautivo.
Este año, para evitar aglomeraciones, los fieles han esperado en la Puerta del Perdón y se han incorporado al desfile desde la puerta de la iglesia sin pasar su interior. Como es habitual, cientos de personas acompañan al Cautivo, que este año estrena una túnica donada por una familia devota realizada en brocado de seda natural color púrpura con diseño de estilo persa rematada por un galón ondulado italiano en metal de oro entrefino.
El tejido de la túnica ha sido realizado exclusivamente para el Medinaceli de Tarifa por Casa Rodríguez de Sevilla, con diseño y confección de Nacho Blanco Peralta. El cordón también ha sido realizado por Casa Rodríguez en metal de oro fino, con borlas compuestas por flecos de canutillo y bellotas.
El Cristo también estrenaba un tercer cordón con jarras y borlas de los mismos materiales, en este caso donado por un grupo de hermanos de la cofradía.
La procesión ha enfilado las calles más cercanas al castillo bajo las órdenes de los capataces Mariano Castro y Antonio Jesús Sánchez y los sones de la asociación musical Virgen del Carmen de San Fernando antes de que el paso de Nuestra Señora de la Esperanza saliera a la calle. Sus capataces son Juan José Mateo y Manuel Cerrudo.
La Virgen estrena este Domingo de Ramos una corona de estilo antequerano, realizada en metal por Orfebrería Castilleja, bañada en oro y cincelado a mano. Compuesta por una ráfaga con una base de nubes de la cual salen rayos intercalando flamígeros y de punta. En la parte central se puede ver una cartela enmarcando una bola corpórea coronada por la cruz. Los imperiales cobran gran protagonismo con ornamentación floral acompañado del canasto a juego. En el centro se puede ver un ancla en plata colgando.
El acompañamiento musical del palio corre a cargo de la banda de música Pintor Manuel Reiné, de Tarifa.
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