Martes Santo

El Señor de Algeciras moviliza a una legión de devotos a su paso

  • Cientos de promesas arropan el camino de Jesús de Medinaceli por las calles hasta su regreso al templo. María Santísima de la Esperanza envuelve con solemnidad su desfile

La fidelidad al Señor de Algeciras volvió a interrumpir con silencios las calles de esta tierra. El interminable desfile procesional de Jesús de Medinaceli estuvo arropado por miles de promesas que a pocos metros del Cristo le brindaron amor y devoción en el día más grande de la Semana de Pasión. 24 horas habían pasado de la histórica participación de la Legión por primera vez en la festividad algecireña, tan solo un día y el pueblo volvió a echarse a la calle, algunos descalzos, para mostrar su fe al Cautivo.

Fiel a la cita en el templo de San Isidro avanzó su paso hacia la calle Gloria. El Misterio se balanceó al sentir de la agrupación musical Isla de León de San Fernando. Los balcones engalanados se dibujaron como palcos del cielo para alumbrar el regreso del Señor a las calles otro Martes Santo. Caía el sol y el incienso golpeaba el aire cálido cuando irrumpió la imagen que los costaleros portaban con firmeza. De rodillas sacaron al Cristo y el reloj apuntaba las 20:21 horas cuando se produjo, ya en exterior la Primera Levantá. "Vamos mis valientes" y entre aplausos se entonó una saeta. No había espacios, los recovecos de cada calle estaban desbordados, apenas se podía ver, pero se sentía. Los móviles, como si un recital musical, inmortalizaron los segundos.

La espera por ver asomarse a María Santísima la Esperanza a las puertas del templo se hizo eterna ante la impresionante suma de fieles convertidos en promesas, muchos rostros mayores y cansados, algún que otro niño, ciudadanos en general con fervor y esperanza que no dudaron en descalzarse ante el rígido asfalto de la procesión.

Las farolas se encendieron y la banda de música de la Sociedad Filarmónica de Pilas entonó el himno de España. La Virgen ya estaba en las calles de Algeciras. Pasadas las 21:05 horas entre aplausos y con el esfuerzo de la cuadrilla de rodillas ante la grandiosidad de su Palio.

La procesión empezó su marcha tranquila arrancando aplausos sobre un reguero de incienso y devoción. Las cientos de personas que atestiguaron la salida de la capilla de San Isidro caminaron en busca de vivir otro instante al paso del Señor de Algeciras. La carrera oficial estaba prevista a las 22:35 horas y sin embargo no fue hasta la media noche cuando encaró la calle Convento.

Más de 35 mujeres de mantilla escoltaban el paso de riguroso luto. Y eran la once de la noche cuando se acercó Jesús de Medinaceli a la Plaza Alta. El vaivén suave de los costaleros elevó las imágenes al cielo. La corona del Misterio se deslizó sobre su cara y ya en la céntrica plaza se le posicionó.

A esa misma hora, la excelencia se hizo visible con miles de personas siguiendo el paso del Cristo y la Virgen. Recibió la bendición del párroco Jesús Casado al tornarse el Cautivo frente a la puerta del templo mayor de la iglesia de la Palma. Y justo a la medianoche la calle Convento cobró la vida que llevaba esperando desde la salida en procesión del Señor.

Las paradas ante las saetas esperadas ralentizaron el paso, una de las personas que volvió a cantarle al Cristo en el desfile fue la joven artista de la tierra Carmen Navarro. Las calles de Algeciras volvieron a vivir una jornada mítica con una devoción desbordada por Jesús de Medinaceli y María Santísima la Esperanza. El Misterio y el Palio se bastaron para colmar de fieles el centro de la ciudad.

Las buenas temperaturas se aliaron nuevamente con esta Semana Santa y este Martes de Pasión. La música evocaba la devoción de la ciudadanía y la belleza de la majestuosa procesión de la Venerable Cofradía Salesiana de Penitencia de Nuestro Padre Jesús Cautivo Medinaceli y María Santísima de la Esperanza despertaron la fidelidad de los algecireños por el Señor que engrandece a la tierra, el que portó el Bastón de Mando de la Ciudad que horas antes el alcalde, José Ignacio Landaluce, le cedió perpetuando así la tradición nacida en 2006.

La recogida en el templo estaba prevista para las doce y media de la noche, si bien al cierre de esta edición el Señor de Algeciras continuaba en las calles.

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