La hermandad de Nuestro Padre Jesús de las Penas y María Santísima de los Dolores realizó ayer una brillante estación de penitencia desde la parroquia de Santiago, donde los fieles se apostaron desde mucho antes de las ocho de la tarde para arropar al cortejo en el inicio de su estación de penitencia.

La cruz de guía comenzó a avanzar con sobriedad ante el respeto de los fieles. A su paso avanzaban las solemnes túnicas negras de los penitentes, que anunciaban la llegada de la imagen de Jesús de la Penas, que representa al Señor cargando con la cruz hacia el Gólgota momentos antes de sufrir su primera caída. La magnífica imagen , obra de Antonio Joaquín Dubé de Luque, avanzaba con solemnidad al compás de la música del trío de capilla musical Lignum Crucis y bajo las instrucciones de su capataz, Jorge Pozo, ante el respeto de los fieles que daban cita en la larga calle Jardines.

Otras dos filas de penitentes tras el trío de música daba paso a la majestuosa imagen de María Santísima de los Dolores, preparada con mucho mimo durante los días previos a este Martes Santo. La banda de música de la Villa de los Barrios acompañó con acierto a la imagen de la Dolorosa, que avanzaba en su recorrido bajo las señas de su capataz, Miguel Ángel Urbano López.

Le hermandad de los Dolores es una de las referentes de la Semana Santa linense y este hecho se notó en las calles por donde realizó su estación de penitencia. De hecho esta cofradía fue la precursora del estilo sevillano en la ciudad y fue la que implantó las cuadrillas de costaleros, además de la adquisición de enseres cofrades por parte de la junta de gobierno o los cortejos de nazarenos. También es la hermandad que cada cuaresma organiza el Pregón del Costalero, un acto que se ha convertido en tradicional en las vísperas del Domingo de Ramos.

La Línea vivirá hoy uno de los días más esperados de su Semana Santa, la procesión del Medinaceli, que cada año congrega a miles de personas en las calles y detrás de la imagen del Cautivo.