Lunes Santo

La sobriedad acompaña al Silencio en La Línea

  • El Cristo de la Esperanza y María Santísima de la Concepción dejan bellas estampas de recogimiento 

El Silencio de La Línea. / RAFAEL CERPA

Unos toques de campana para marcar el paso del Señor y un trío de capilla para procesionar con la Virgen. La sobriedad y el recogimiento son las señas de identidad del Lunes Santo en la Semana Santa de La Línea con la salida procesional del Cristo de la Esperanza y María Santísima de la Concepción. Se trata de la procesión popularmente conocida como del Silencio.

La parroquia de San Pío X y sus alrededores estaban llenos de gente minutos antes de la salida de los dos pasos. El Cristo de la Esperanza, engalanado con lirios morados, fue puesto en la calle por la cuadrilla de costaleros con una maniobra impecable. 

Minutos después lo hizo María Santísima de la Concepción, seguida por Trío de Capilla Musical Lignum Crucis de la ciudad. La salida fue especialmente bella por lo angosto de la maniobra para buscar la calle Ángel. Conforme cayó la tarde, la candelería tomó protagonismo en el palio de cajón realzando los detalles de la imagen.

Los dos titulares comenzaron entonces su recorrido buscando la carrera oficial. El ruido de las zapatillas rozando el suelo o las respiraciones de las cuadrillas eran perceptibles por el público congregado a lo largo del recorrido en sus momentos iniciales.

La hermandad ha lucido este año numerosos estrenos. La Virgen salió con una nueva saya bordada en hilos de plata fina y sedas enriquecidas con canutillos, lentejuelas y pedrerías, diseñada por Adrián Adrover. La saya cuenta con abundantes roleos vegetales con hojarascas y cardos, realizada sobre soporte de terciopelo morado de tonalidad oscura, con riqueza de puntos y técnicas como la hojuela y la cartulina, y diversos puntos como el cetillo, media onda, puntita y mosqueta.

El cortejo también puso por primera vez en la calle las bambalinas de corte recto en terciopelo azul noche, rematadas por flecos de canutillo de plata fina y bellotas, también diseñadas y confeccionadas por Adrián Adrover. Las novedades quedaron completadas con un juego de borlas para los varales de tipo catedralicio, con flecos de canutillos y fondo azul noche.

Esta hermandad adquirió en 2002 una nueva imagen de un Cristo crucificado, que fue realizado en Sevilla por José Antonio Navarro Arteaga. La Virgen es una talla de candelero del siglo XIX, procedente de Cádiz, ofrecida en su día al Padre Rodríguez Cantizano por una familia de dicha localidad. 

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