San Roque ha dado este lunes su último adiós a María Isabel, una mujer muy conocida en el pueblo que el pasado domingo fue asesinada por su expareja. La misa celebrada sobre las 17:00 en la iglesia de Santa María la Coronada se llenó para acoger su responso. Un respetuoso silencio, solo interrumpido por algún murmullo de lamento por la pérdida de una vida tan joven, se adueñó de todo el entorno de la Plaza de la Iglesia, presidida por las banderas a media asta del Palacio de los Gobernadores.

Poco antes de las 17:00, solo el sonido de las campanas de la iglesia tocando a difunto rompían el silencio en el entorno de la parroquia, donde algunas personas, entre ellas el alcalde, Juan Carlos Ruiz Boix, y concejales de la corporación, aguardaban la llegada del coche fúnebre por la calle Rubin de Celis desde el tanatorio. 

A la llegada del vehículo con el féretro, una riada de personas en riguroso silencio se adentraba en la Plaza de la Iglesia. Poco a poco se fue llenando la parroquia antes de que el ataúd, portado por sus más allegados, entrase en la parroquia, totalmente llena para dar el último adiós a María Isabel. 

En todo momento imperó el silencio en unos momentos de mucho dolor para el pueblo de San Roque, donde aún por la tarde se respiraba un ambiente de pesar por el suceso. Las velas y las flores depositadas en la puerta de su establecimiento, Plum Cake Café, en la céntrica Alameda Alfonso XI, aún permanecían allí recordando el trágico suceso.