La burrita Carlota y sus amigos siguen ayudando con sus talleres sensoriales en Sotogrande

La burrita Carlota, ya conocida por los usuarios de Asansull de La Casa de la Playa y el Centro de día TEA La Caracola, se ha instalado con su dueño Ramón Narváez y sus amigos en la Hípica de Sotogrande con el objetivo de seguir ayudando a los usuarios de diferentes asociaciones con su compañía en los talleres de burroterapia.

Narváez es el impulsor de esta iniciativa de "asnoterapia" o "burroterapia", derivante de la conocida equinoterapia, que tiene como finalidad ayudar tanto a niños como a mayores que padecen alguna enfermedad a través de un paseo con sus burros y actividades sensoriales. En este caso, Carlota vuelve a participar en los talleres junto a otros nueve animales para impartir las actividades a los usuarios de Aprona y Aspandem, asociaciones malagueñas de Estepona y Marbella respectivamente.

Los burros son animales en peligro de extinción que destacan por su tranquilidad. Son pacíficos y transmiten más seguridad que los caballos al ser más pequeños, por lo que es más fácil trabajar con los usuarios, como ya demostró en los talleres que impartió el pasado mes de noviembre en Palmones.

Las actividades que desarrollan este grupo de burritos se centran en la convivencia con ellos mostrándole a los participantes los cuidados que necesitan y familiarizándose a través de caricias y contacto. Además, incluyen un paseo por la playa o, en su defecto, por las instalaciones del recinto.

El impulsor de la idea anima a las asociaciones y colegios del Campo de Gibraltar para que acudan a estos talleres.

Las asociaciones

Aprona es una asociación que se creó en 1975 a favor de las Personas con Diversidad Funcional de Estepona. El colectivo presta apoyo a los planes de vida de cada persona desde que nacen. En estos momentos se encuentra en trámites para pasar a ser una fundación.

Aspandem es una asociación a favor de las personas con discapacidad en la Costa del Sol con sede en Marbella. Tienen como finalidad "Normalizar las condiciones de vida de las personas con discapacidad a las que sirve con independencia del tipo, grado de afectación y edad, y contando además con los deseos, autodeterminación y aspiraciones de las mismas".

Los beneficios de la terapia con animales

Los expertos apuntan a que la terapia asistida con animales provoca bastantes beneficios a pacientes con cualquier tipo de patología, ya sean relacionadas con la salud mental o con la rehabilitación física.

No obstante, cada animal tiene sus habilidades y hay que tenerlo en cuenta a la hora de asistir a las diferentes terapias, puesto que no es lo mismo mejorar las habilidades motoras que las sociales o reducir estados de ansiedad o depresión.

En el caso de los burros está dirigida a niños con discapacidades físicas y/o psíquicas para que interactúen con el animal y conseguir beneficios físicos y emocionales. La compañía de estos equinos les aporta tranquilidad, confianza y diversión, aunque debe ser complementaria a otras terapias recomendadas por los especialistas.