La zorrera

La falta de originalidad y talento de ‘Zorra’ está acorde con la catadura ética y estética que va tomando el país

Los habitantes de la fachosfera, esa creciente minoría que no pensamos como el presidente Sánchez, arrojados a los infiernos de ese universo de progreso construido a mayor gloria de su sectarismo, tenemos gustos musicales más variopintos de lo que él se piensa. A mí, por ejemplo, no me disgusta, ni me insulta, ni por supuesto me subleva la canción presuntamente provocadora que nos va a representar en Eurovisión, la ya archiconocida Zorra, más que nada porque su falta de originalidad y de talento está bastante acorde con la catadura ética y estética que va tomando el país, fiel reflejo de sus dirigentes. Nuestra divertida Alaska de los ochenta es Madonna al lado de la intérprete cincuentona de Nebulossa, el dúo ganador que jamás pensó en verse en otra como ésta.

No extraña, por tanto, que el presidente más zorro de todos cuantos han gobernado en democracia ande por los platós amigos jactándose de la gran aportación cultural para nuestra convivencia del susodicho tema. Siempre esto mejor, desde luego, que cualquier ocurrencia que pueda venir de su ministro de Cultura, el de la descolonización de los museos. Si además sirve para disimular el zorreo que se trae para que su centinela Puigdemont pueda volver a pasear por su pueblo sin ser molestado por los malvados jueces, tanto mejor. Nunca un gobernante, ni un Partido, de paso, han caído tan bajo en su lucha desesperada por mantener el poder, aunque sea al precio de estresar hasta el límite al Estado y sus instituciones, del CIS al Constitucional, del Congreso a la Fiscalía.

Bien pensado, ¿no tiene algo de la fábula de la zorra y las uvas esos intentos desesperados para hacer pasar la proposición de ley de amnistía por el marco constitucional? Ahí está, como las uvas a la vista, la ansiada gobernabilidad en forma de amnistía a la carta que el zorro no termina de alcanzar, y mira que no pega de dar saltos a cada cual más enrabietado. Ahora nos sacamos de la manga una nueva modalidad de terrorismo light, ahora una reforma ad hoc del Código Penal, ayer mismo la reducción de plazos para la investigación en la Ley de Enjuiciamiento Criminal… Cualquier cosa que pueda convencer a los sediciosos para sostener a duras penas un acuerdo de legislatura tan precario como impresentable, tan evitable como pernicioso para los intereses generales. Todo sea para perpetuarse en el poder, aunque de paso deje el país hecho unos zorros.

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