El espectáculo

El Medinaceli volvió a lucir en su recorrido el bastón de mando del alcalde de Algeciras

Las procesiones de Semana Santa son un espectáculo en el que cada vez más se diluye la religiosidad popular. A pesar de que, como es de suponer, Dios está en todas partes y María puede estarlo si se le requiere. El sentimiento religioso reposa en el corazón de la gente sencilla, pero lo que se percibe, sobre todos los ingredientes, es el espectáculo. Este año, en Algeciras, después de dos años de inactividad y de tristeza social, a la ya exitosa comparecencia de la Legión se ha añadido la serena brillantez de los Regulares, otra de la formaciones militares asociadas a la presencia de España en el continente africano. De hecho el Grupo de Regulares de Ceuta número 54 es, según se dice, la unidad más laureada del Ejército y la Virgen de África, patrona de Ceuta, una de las menciones marianas mejor acogidas por estos pagos del sur. Una advocación que se remonta a la conquista y cristianización de Ceuta bajo el reinado de Juan I de Portugal, en 1415. El conquistador, su hijo, Enrique El Navegante, ordenaría la construcción de un santuario sobre una pequeña mezquita.

La plástica de la dramatización de la pasión de Jesús ha superado en algunos lugares de España y muy especialmente en Andalucía, cualquier supuesto que hubiera podido imaginarse. Son numerosas las imágenes, sobre todo de la Virgen, portadoras o depositarias de objetos ligados al poder terrenal. Abundan los bastones de mando de alcaldes, que han querido ceder simbólicamente sus prerrogativas, y los fajines castrenses asociados al generalato. Tanto la Virgen de África, de la que en su tiempo se prodigaron las medallas de latón para colgar con un imperdible en el interior de la chaqueta, como la Virgen de la Palma son alcaldesas perpetuas por obra y gracia del poder cercano, y se da hasta un caso, el del Medinaceli, que este martes volvió a lucir en su recorrido el bastón de mando del alcalde de Algeciras, un detalle de menor cuantía, por cuanto es mayor responsabilidad la que ostentan las citadas, que son alcaldesas a perpetuidad.

Aún me queda en la masa oscura de la memoria la visión del cartel de la Macarena sevillana para la semana santa de 2020: fondo ilustrado con los colores del Betis y del Sevilla y un pequeño recuadro de la imagen de luto, es de suponer que por la muerte de Joselito en Talavera en 1920. Bien que ya le han quitado el fajín del general Queipo de Llano para ver si se callan un poco las lenguas de doble filo.

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