Desde que Morante cortó un rabo durante la pasada Feria de Abril y revolucionó al toreo en Sevilla, sólo ha concedido dos entrevistas: una a El Mundo y otra a ABC. En el mes de mayo, la suerte no lo acompañó y su sueño de abrir la Puerta Grande de Las Ventas se desvaneció. Gente próxima a él, viejos amigos, comentan que el maestro de La Puebla “está raro”: no responde a los mensajes ni a las llamadas. De manera injusta, y en la feria de Algeciras se ha comprobado, Roca Rey le ha adelantado como torero que más tirón tiene en taquilla.

En una de aquellas entrevistas, concedida a Zabala de la Serna, aseguraba Morante que no quería ni pretendía ser un mito. De ahí a hacer todo lo posible para que sus inigualables triunfos caigan en el olvido con inusitada rapidez, va un paso. Detrás de su silencio comentan que está su apoderado, quien también gestiona todo lo que atañe a la comunicación: el dentista portugués Pedro Marqués, quien lo mantiene encerrado en una perfecta “cárcel de oro”.

Cuando a Marqués se le propone realizarle una entrevista a Morante aprovechando que el torero recala en Algeciras con motivo de la feria, tampoco responde a mensajes ni llamadas. La idea era charlar con el diestro en el histórico hotel Reina Cristina y, si le apetecía, invitar a la cita al maestro Francisco Ruiz Miguel, quien también cortó un rabo en La Maestranza hace más de 50 años. Una entrevista mano a mano para un medio generalista como el Grupo Joly es la oferta. No obstante, ante la imposibilidad de obtener una respuesta del apoderado, planteé la cuestión de manera pública en la red social Twitter y, a las pocas horas, como por un milagro, Pedro Marqués, al fin, contestó vía Whatsapp.

No es la primera vez que ocurre algo similar. Poco antes de la Feria de Abril de 2022, Marqués también me anduvo toreando, y haciendo perder el tiempo, con una posible entrevista a “su” torero. Al final, coincidí con ellos en una entrega de premios en la Fundación Cajasol, en Sevilla. El apoderado insistía en hacer de intermediario pero, ante la imposibilidad de concretar nada, me acerqué directamente a Morante quien, con enorme amabilidad, me respondió que, al concluir el acto, tenía una cita con un sastre a pocos metros del lugar donde nos encontrábamos. Podíamos quedar allí para hacerle la entrevista, me ofreció. Fue dicho y hecho, además de un rato sumamente agradable.

Si los toreros no abandonan su cueva, continuarán viviendo la margen de la sociedad y sus gestas en el ruedo de poco o nada servirán para garantizar la supervivencia de este espectáculo que, tristemente, va en contra de los tiempos. Un futbolista de élite no necesita aparecer en los medios porque, sencillamente, el futbol “está” en la sociedad actual, en el día a día. El toreo, en cambio, ni está ni se le espera, sobre todo si se guarda con el celo que emplean ciertos taurinos como Pedro Marqués. Una pena.

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