Argumento para peleítas. Tres escenas. 1. Accidente ferroviario en la precaria vía de Málaga a Sevilla, con muchos heridos. 2. Protesta automática desde la Presidencia de la Junta, presta a toda vendetta contra el gobierno enemigo de Madrid. Y 3. Respuesta displicente del ministro de Fomento. No, no es la colisión en El Chorro del sábado 16, sino un siniestro en Arahal en noviembre de 2017, con 37 heridos. Protestó airada Susana Díaz. Y el ministro Íñigo de la Serna criticó a la presidenta por utilizar políticamente el accidente. Ahora Moreno imita a Díaz y Puente a Serna.

El accidente de El Chorro, al parecer causado por un fallo humano, ocurre en la era del berrinche. No sólo Juanma ha hecho un Susana; también han salido de la trinchera varios capitanes del Partido Popular malagueño a imitar a Ayuso: la culpa la tiene el Gobierno. Han participado en el operativo el presidente de la Diputación, la presidenta del PP y jefa provincial de la Junta, e incluso una sulfurada concejal de la capital, que ha hecho un vídeo imitando a Macarena Olona, en la estación de Málaga. Un cuadro.

En su postureo, la concejal acusa al Gobierno de desidia, dejadez absoluta, negligencia temeraria y dolosa. Afirma haber pasado en vilo toda la noche ante la dramática situación de peligro vivida, preocupada por la vida de miles de malagueños. Y comete, ¡ay!, dos actos fallidos. Atribuye la responsabilidad “al señor Sánchez y sus socios”. Se infiere que el independentismo es cómplice en la colisión de esos trenes. Y concluye su arenga diciendo que llevan “meses” reivindicando inversiones. ¿Meses? El trazado de la deficiente línea Málaga-Sevilla tiene siglo y medio. La Junta inició un plan en 2004 para poner las dos capitales a 50 minutos por AVE. Se gastaron 277 millones en la plataforma de Antequera a Marchena, pero se abandonó en 2013, tras la crisis financiera, porque terminar la obra costaba 1.300 millones. El eje transversal ferroviario andaluz de Huelva a Almería, pasando por Sevilla y Granada, está en el aire.

Otras líneas ferroviarias han sido desatendidas durante años por todos los gobiernos. Por ejemplo, la salida hacia Madrid del primer puerto de España, Algeciras. Mientras, el de Valencia gana competitividad, por sus conexiones de AVE con Madrid o Barcelona y la ampliación acordada por el Gobierno con una inversión pública de 656 millones. Ayuso ha declarado solemnemente que “Madrid ya tiene puerto”, el de Valencia. Durante el mandato de Rajoy la modernización del trayecto Algeciras-Bobadilla fue casi nula, algún año de 200.000 euros. Afortunadamente, la Unión Europea declaró en 2013 red transeuropea prioritaria estos 174 kilómetros construidos en el siglo XIX. En los últimos años se han movilizado 329 millones de los 473 que cuestan tercer hilo, electrificación y ampliación de apartaderos.

En estos asuntos se juega Andalucía su desarrollo. No en peleítas de postureo. Feliz Navidad a ambos bandos.

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