Por lo visto, para algunos, que una diócesis se dedique a atender a los inmigrantes que llegan a Cádiz rebaja a la Iglesia a la categoría de una simple ONG. Como ahora está de moda, para algunos, desprestigiar a las organizaciones no gubernamentales, utilizan el ejemplo para minusvalorar la ingente labor de acogida, formación y promoción que desde hace años se ejerce en este rincón del sur con las personas que abandonan su país, su hogar y su familia para jugarse la vida en una travesía marítima arriesgada en todos los sentidos. Pero todo está orquestado, todo suena afinado, cuando también se dice que, por lo visto, rescatar inmigrantes en alta mar es una costumbre altamente peligrosa que, según se ha pedido en el Parlamento andaluz, debe dejar de hacer Salvamento Marítimo porque, dicen, está en connivencia con las mafias. Por lo visto, es verdad que la mafia se está sentando ya en nuestras mesas.