Análisis

manuel sánchez

Medidas de urgencia en Europa y EEUU

El actual entorno de elevadas presiones inflacionistas que se han visto reflejadas en los datos del IPC de mayo ha llevado esta semana a algunos de los principales bancos centrales a una aceleración del endurecimiento de su política monetaria.

En EEUU, tras conocerse que la tasa de inflación general en mayo aumentó 0,3 pp hasta un 8,6% y la subyacente alcanzó un 6,0%, la Fed ha decidido realizar una subida de los tipos de interés oficiales de 75 pb (+25 pb respecto a lo esperado hace unas semanas). Se trata de la mayor subida en casi 30 años (desde 1994), situando los tipos en un rango de 1,5% - 1,75%. De cara al próximo año, la previsión media de tipos realizada por los miembros del Consejo de la Fed se eleva a un 3,75% (vs. 2,75% en marzo), proyectando una reducción den 2024. A su vez, la Fed ha rebajado sus previsiones de crecimiento del PIB a un 1,7% en 2022 (vs. 2,8% anterior) y a un 1,7% en 2023 (vs. 2,2%).

Por su parte, en la Eurozona el BCE mantuvo el jueves una reunión extraordinaria en la que acordó la reinversión de los bonos de manera flexible, incluyendo la posibilidad de reinvertir los vencimientos de deuda de unos países en otros diferentes. Al mismo tiempo que diseñará un mecanismo para evitar la fragmentación financiera ante el riesgo creciente en las economías del sur de Europa, especialmente en España e Italia.

Adicionalmente, otros bancos centrales europeos también están llevando a cabo una normalización de la política monetaria. Entre ellos destaca la subida de 25 pb del Banco de Inglaterra hasta un 1,25%, su tasa más elevada desde 2009, y de 50 pb del Banco de Suiza hasta un -0,25%, tasa no observada desde finales 2014.

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