Iniciamos la Cuaresma, nuevamente, huérfanos de cierta ilusión por la irremediable realidad que vislumbramos y que aleja cualquier posibilidad de ver cofradías en la calle, con la llegada de la primera luna llena de primavera.

Además, desde el convencimiento absoluto de ser lo más responsable y coherente en estos tiempos que corren y la mejor imagen que puede ofrecer el cofrade, a veces tachado [merecidamente], de proyectar un perfil ciertamente ególatra y egoísta. Un 'saca-pasos' de manual. Pero la imposibilidad de soñar con la vuelta interminable de un palio por la plazuela, mientras el dulce bamboleo de bambalinas acaricia balcones y saetas (por ponernos tiernos); no debería traducirse en apatía y desidia.

El universo cofrade tiene con qué entretenerse y opciones para disfrutar de una atípica pero reconfortante Cuaresma. Con la llegada de la semana Santa descubriremos el proyecto del Consejo Local: 'La Pasión según Algeciras', una representatividad simbólica de los Momentos de la Pasión que encarnan cada una de las hermandades de Algeciras (incluso se añadirá alguna más que aún no figura en la nómina oficial). Hasta ahí, todo correcto. Pero la pregunta es la siguiente: ¿por qué conformarse con eso?

¿No disponen las cofradías de un patrimonio lo suficientemente esplendoroso para organizar una exposición de altísimo nivel durante las semanas previas a la Semana de Pasión? Pienso que sí y además estoy convencido que debería hacerse a lo grande y en varios escenarios repartidos por el centro de la ciudad. El Centro Documental José Luis Cano, el Museo Municipal o incluso la entrada del Ayuntamiento, serían sedes de lujo para una Exposición Magna en Algeciras: palios montados por completo, enseres, imágenes secundarias, etc.

Muchas capitales y ciudades importantes trabajan ello, aún tenemos tiempo. Precisamente en esta Cuaresma, al cofrade lo que le sobra es tiempo e iniciativas para 'matar el hambre'.

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