Las Jornadas de Historia de Tarifa continuaron ayer sus sesiones con éxito de audiencia y alta calidad en las intervenciones . Mario Ocaña inauguró la sesión matutina del sábado ante sus más fieles seguidores con una crónica fresca y casi periodística de la actualidad de Algeciras bajo el reinado de Fernando VII, con instantáneas de sorprendente similitud con la actualidad sobre violencia de género, contrabando, actividad portuaria y marítima y delincuencia transfronteriza.

El abandono que siempre han sufrido las tierras de la orilla norte del Estrecho en relación a otras partes del Estado-también de rabiosa actualidad en algunos aspectos- fue denunciado desde diferentes perspectivas en un par de trabajos. El primero fue el relativo a los ferrocarriles frustrados del Campo de Gibraltar (en una interesante y primera entrega sobre la línea de Cádiz a Campamento) y el segundo, a la sociedad de socorros mutuos que fue la Logia Aurora, fórmula de beneficencia de carácter privado que atendía necesidades ciudadanas completamente desatendidas por las autoridades supuestamente competentes de la época.

Han resultado absolutamente sorprendentes los datos de la investigación sobre la gripe de 1918 en San Roque, con índices de afección desmesurados desde cualquier punto de vista y con propuestas de remedios tan propias de la picaresca española como el recurso al consumo de coñac, vino de rioja y champán.

Entre las grandes novedades de estas jornadas se encuentra la investigación sobre el primer descorche del que existe constancia en La Almoraima en el siglo XIX.

El informe de Luis Alberto del Castillo sobre el escudo de Algeciras resultó especialmente esclarecedor, en un tema técnico e histórico de larga tradición y reciente conclusión, dado que el fruto del intenso trabajo del cronista ha permitido el establecimiento de la imagen heráldica oficial de la ciudad. También fueron aportaciones relevantes, en relación a Gibraltar, los estudios de la inmigración recibida de las colonias de Menorca y Malta, el del vicecónsul británico en La Línea y el de la evacuación de la población del peñón al Marruecos francés en 1940.

El estudio de la Edad Media ha ofrecido nuevas visiones sobre diferentes aspectos de la presencia norteafricana en la zona de Tarifa hasta el 710, del abastecimiento de Jimena y Castellar realizado por Jerez en el siglo XV y, del botín portugués obtenido en la batalla campal del Salado o de Tarifa, una de las más notables del Medievo hispano, con autores de la talla de José Beneroso, Antonio Torremocha y Wenceslao Segura.

La revisión de la cronología histórica medieval de Gibraltar a partir de la arqueología ha sido otra de las notables aportaciones de esta jornada, gracias al nuevo arqueólogo de la ciudad del Peñón, que ha planteado críticamente la fundación almohade del siglo XII en los términos que relatan las crónicas, apostando por una datación más tardía de la ciudad, ya en época meriní.

Los temas sobre la Edad Moderna han sido llamativos, desde el fantástico proyecto para cerrar la bahía de Algeciras en 1780 hasta el estudio de la enseñanza en Tarifa en el siglo XVIII, con una incursión en una fortificación portuguesa de la costa africana del Estrecho, que ha puesto fin a la sesión de ayer. Con el desarrollo de estas sesiones de trabajo queda constancia de varios aspectos relevantes de la actualidad de la investigación en el Campo de Gibraltar. Las sesiones de trabajo continuarán esta mañana.