Cultura

Del Toro emociona en la Mostra con una fantasía con trasfondo político

  • 'La forma del agua' reivindica el amor "en una época en la que hablar con cinismo suena inteligente", dice el director

Los actores Richard Jenkins, Octavia Spencer y Sally Hawkins, con Del Toro.

Los actores Richard Jenkins, Octavia Spencer y Sally Hawkins, con Del Toro. / claudio onorati /efe

"La fantasía es un género muy político". Así de rotundo se mostró ayer Guillermo del Toro en la presentación de su nueva película, La forma del agua, una preciosa historia de amor que recibió una gran acogida en la Mostra de Venecia. Un gran y largo aplauso marcó la entrada de Del Toro y su equipo a la sala de prensa del Festival de Venecia, donde el cineasta mexicano compite por primera vez con una particular revisión de los cuentos de hadas de su infancia a los que ha añadido una buena dosis de crítica y de política. "Nuestro primer acto político es elegir el amor sobre el miedo", apuntó el realizador de El laberinto del fauno.

Y eso es lo que cuenta su película, el amor de Eliza, una limpiadora muda (Sally Hawkins), que trabaja en una sede de investigación del gobierno de Estados Unidos en 1962, con un monstruo marino, un "ente" como le gusta llamarlo a Del Toro. "Es una película del 62 pero es de hoy. Cuando ahora América habla de ser una América grande de nuevo es como regresar al 62. El racismo, el sexismo o el clasismo, muchos problemas a los que nos enfrentamos hoy, eran los mismos hasta que (John Fitzgerald) Kennedy fue disparado y Camelot acabó", explicó.

El cineasta da al filme un toque muy realista con una mujer normal como protagonista

Tanto entonces como ahora eran sólo buenas épocas para un cierto tipo de personas. "Soy mexicano y sé lo que es ser visto como el otro", afirmó Del Toro, que quiso que esa "otredad" estuviera en la película representada por la criatura, que es alguien o algo diferente en función de cómo la miran. Y del Toro quiere mirar a su personaje con afecto. "Cuando alguien suena inteligente por hablar con cinismo, es el momento de hablar de amor. The Beatles y Dios no pueden estar equivocados al mismo tiempo", afirmó entre risas.

Pese a las dosis de fantasía, el cineasta ha querido darle un toque muy realista al filme con una protagonista que es una mujer normal "que se masturba y hace el desayuno" y que tiene relaciones sexuales con el monstruo.

En la rueda de prensa, todos los miembros del equipo demostraron una gran complicidad, lanzándose bromas y guiños. Y las bromas continuaron cuando Del Toro fue preguntado por el avance de su proyecto para rodar una historia animada de Pinocho. "Siempre me complico la vida... Si tienes 35 millones y quieres hacer a un mexicano feliz, aquí estoy", agregó provocando las carcajadas.

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