El mundo de ayer
Rafael Castaño
Una línea en la pared
La reciente detención en San Fernando de un activo ciberdelincuente especializado en el fraude informático a través de internet y de los teléfonos móviles ha puesto de manifiesto los riesgos que entraña el denominado smishing, término que nace de la fusión de las palabras SMS y phishing.
Efectivamente, el envío masivo de mensajes a los teléfonos móviles suplantando la identidad de una entidad bancaria o similar es la clave de la estafa para conseguir información personal, datos bancarios, contraseñas de las cuentas bancarias on line de aquellas personas que pican creyendo que verdaderamente se trata de una información remitida por su banco.
Por lo general, en el SMS que envían se pide al destinatario que haga clic en un enlace o que llame a un número de teléfono concreto para "verificar", "actualizar" o "reactivar" tu cuenta, como explica el Departamento de Seguridad Nacional.
Evidentemente, el enlace te lleva a una página web falsa que suplanta a la entidad bancaria al objeto de hacerse con tus datos y contraseñas. Y el número de teléfono es el de un estafador que suplanta a la empresa en cuestión con el mismo fin.
En el caso del ciberdelincuente detenido en San Fernando, cuyas víctimas se reparten por todo el territorio nacional, se utilizaba concretamente la técnica del enlace a una página web falsa con el propósito de hacerse con las claves.
Con ellas, se accedía a la aplicación real del banco en cuestión para enviarse posteriormente códigos a varios números de teléfono usados supuestamente por el detenido con los que acudía al cajero automático para retirar efectivo procedente de las cuentas bancarias de las personas estafadas.
Además, las víctimas del smishing dejan al descubierto toda la información de sus cuentas bancarias, que pueden ser igualmente utilizadas para compras on line u otro tipo de fraudes.
También te puede interesar
Lo último
No hay comentarios