Provincia de Cádiz

"Si ha pecado de algo es de exceso de confianza"

  • Más de medio centenar de alumnos y padres del colegio pasaron ayer toda la mañana en la puerta de los juzgados para apoyar al director

"Cuando me enteré, no podía creérmelo. Ha sido un impacto muy fuerte. Yo lo conozco y sé que no ha sido así. Los hechos no han sido así. Yo he ido a su despacho muchísimas veces y nunca he visto nada de lo que están diciendo. Están destrozando la vida a una persona que no está demostrado que haya hecho nada malo". Así expresaba ayer una alumna de Secundaria del colegio Salesianos de Cádiz su indignación ante la detención del director de su colegio, alguien a quien considera una persona "muy cercana y muy buena".

Esta menor era solo una del más de medio centenar de personas, entre padres y alumnos del centro, además de algún familiar, que ayer se concentró durante toda la mañana en la puerta de los juzgados de San José de Cádiz para apoyar a Javier López Luna. Querían estar allí cuando el director de Salesianos llegara a declarar para que supiera que ellos lo apoyan "incondicionalmente", como decía uno de los padres. Otro añadía que estaban allí acompañando a sus hijos "para reivindicar la presunción de inocencia. Porque todo el mundo es inocente hasta que se demuestre lo contrario, y no puede ser que la sociedad y los medios de comunicación hayan juzgado ya a una persona sin que haya pruebas. Sea verdad o sea mentira, a este hombre se le ha crucificado y no hay derecho". Una madre señalaba que "si es verdad todo lo que están diciendo, que creo que es mentira, que lo pague. Pero si es mentira, le están destrozando la vida a este hombre".

Los alumnos del colegio que se habían reunido a las puertas de los juzgados sólo tenían buenas palabras para López Luna, y aseguraban sentirse "desconcertados e indignados, porque es un buen director, una buena persona y un buen amigo. Nos apoyaba y nos ayudaba".

Un estudiante de Secundaria contaba que él y sus amigos iban con frecuencia al despacho del director en los recreos para estar con él "y nunca nos ha hecho nada. Nos dejaba el ipad o lo que fuese, pero nunca a cambio de nada, nunca con malas intenciones".

Respecto a los "tocamientos" a de los que se le acusan, tanto los chavales como los padres que estaban ayer en la puerta de los juzgado no se lo creían. "Un niño de 12 ó 14 años no se deja tocar porque ya sabe lo que eso significa", apuntaba una madre.

Otro menor insistía en que era un hombre muy cercano y que todos tenían tal confianza con él, que "era normal, por ejemplo, que cualquiera le pidiera dinero para el desayuno, y nunca lo reclamaba". Una madre apuntaba que, además, "desde que él llegó al colegio se han hecho muchas mejoras".

Un grupo de jóvenes aseguraba que ellos habían ido muchas veces al despacho del director y "nunca ha intentado nada ni hemos visto nada". Uno de ellos dijo que él llevaba 12 años en el colegio "y pienso que es el mejor director que hemos tenido, el que más se ha preocupado por nosotros y el que más se ha involucrado en el colegio. Siempre nos ayudaba ante cualquier problema, nos consultaba dónde queríamos ir de excursión y contaba con nosotros para todo. Su despacho siempre ha estado abierto y podía entrar quien quisiera".

Otro de los niños de este grupo agregó: "Hemos escuchado que él llamaba a los alumnos a su despacho y eso es mentira. Lo que pasaba es que en el recreo los niños solían pedirle que les sacaran de clase. Y también es mentira que los sacara de los exámenes. Sólo lo hacía cuando faltaba un profesor o al final de curso, cuando no teníamos nada que hacer".

Respecto a las acusaciones de agresiones, los menores contaban que "solía dar collejas en broma, jugando, nunca eran fuertes. Y muchos le provocaban dándole un cate antes. Pero siempre en plan de broma".

Uno de los padres presentes señalaba que su hijo es uno de los que más ha visitado al director en su despacho y en ningún caso ha advertido conducta malintencionada con los niños, "siempre ha sido una persona que ha ayudado incondicionalmente a todos los chavales necesitados". Este hombre pensaba que no se estaba teniendo en cuenta la agresión anterior que Javier López Luna sufrió en su despacho, y consideraba que "debería investigarse sobre la primera denuncia y quienes son los denunciantes. Lo que está ocurriendo es que la masa está siendo arrastrada por comentarios malévolos y malintencionados de personas que pueden estar muy mal informadas y aleccionadas". Y junto a él, otros padres opinaban que "esto es una caza de brujas contra el director. La primera denuncia ha sido para tapar la agresión anterior al director y la policía debería investigar quiénes son los agresores y a qué pertenece al menos uno de ellos", insistía. Algunos padres apuntaban que se estaban "cebando" con él "porque es cura y un colegio religioso, si no, la cosa sería distinta".

Una madre explicaba que "lo normal en una casa salesiana es que las puertas estén abiertas a todo el mundo, y que tanto alumnos como padres puedan acudir a los despachos. Y eso hay mucha gente que no lo entiende. Hay que conocer esta dinámica y no sacarla de contexto. Y lo que ha pasado es que el director daba mucha confianza y tenía un trato muy cercano tanto con los padres como con los niños. El carisma de los salesianos es acercarse a los jóvenes porque no son funcionarios, son amigos de los jóvenes, y creo que esa confianza se ha malinterpretado".

Otra madre del colegio, que decía conocer a la familia de Javier López Luna "de toda la vida" afirmaba que su hijo estaba "indignadísimo" con todo lo que estaba pasando porque "si él hubiera visto alguna vez algo raro, lo hubiese dicho. Y yo, como madre, si hubiese sospechado algo no hubiese esperado hasta final de curso para denunciarlo". Esta mujer piensa que "si del director ha pecado de algo, es de exceso de confianza, de ser demasiado blando y demasiado cercano, de no tener maldad. Él se hacía querer y era como uno más entre los chavales".

Una mujer señalaba que no entendía "por qué la prensa y las personas se atreven a hablar de lo que no saben. Es un hombre que siempre tiene la puerta del despacho abierta y jugaba mucho con los niños, les daba confianza sin querer hacerles daño. Mi hijo, cuando se enteró que lo habían arrestado llegó llorando a casa porque no entiende cómo se ha podido manipular tanto esto. Él sólo tiene buenas palabras hacia su director".

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