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"La realidad globalizadora terminará por romper la frontera con Gibraltar"

El trabajo de este linense sobre la autodeterminación de los pueblos en el siglo XXI es premiado por el Ministerio de la Presidencia. Actualmente reside en Madrid, donde trabaja para la Fundación Ideas

Aitor Martínez Jiménez, en su despacho en Madrid.
Estrella Blanco / La Línea

04 de diciembre 2011 - 01:00

Aitor Martínez Jiménez es licenciado en Derecho y Ciencias Políticas. Actualmente trabaja en la Fundación Ideas en Madrid y cursa un Máster en Ciencias Políticas y Derecho Constitucional del Centro de Estudios Políticos y Constitucionales (CEPC) del Ministerio de la Presidencia y la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP), habiendo obtenido el premio al mejor trabajo de investigación: El principio de autodeterminación de los pueblos en el siglo XXI. Consecuencias del proceso de Kosovo en su configuración actual.

-¿Cómo te sientes tras ganar esta distinción?

-Recibir un premio así es todo un honor viniendo de una institución como el CEPC, centro referente del pensamiento político en España. Desde mi etapa de estudiante en Ciencias Políticas, el CEPC siempre había sido para el mundo académico que me rodeaba la referencia del conocimiento político en España por las investigaciones desarrolladas allí y porque las más altas autoridades de nuestro país y de países latinoamericanos habían pasado por el centro. Si entonces me hubieran dicho que iba a obtener este premio no lo hubiera creído.

He dedicado muchos años y horas a profundizar en un tema que planteaba muchas dificultades, sin esperar que nunca llegara ningún reconocimiento porque en España la investigación no goza de prestigio ni disfruta de una gran remuneración, pero es necesario que se siga apostando por la investigación, no sólo a través de distinciones como ésta, sino invirtiendo en políticas públicas de investigación y desarrollo en todas las áreas del conocimiento.

¿En qué consiste el trabajo premiado?

-Se trata de un enfoque muy jurídico con base en el derecho internacional público, aunque con toques multidisciplinares a través de aproximaciones de ciencia política. La hipótesis de la que parte es que el principio de autodeterminación de los pueblos está cambiando en la actualidad. La autodeterminación en su dimensión externa, aquella que afectaba a la colonización, se resolvió satisfactoriamente de la mano de este derecho nacido en 1945 al calor de Naciones Unidas, a excepción de algunos casos singulares como el Sáhara o Gibraltar. Sin embargo, la dimensión interna de la autodeterminación, que afecta a reclamaciones de pueblos dentro de Estados soberanos, ha acarreado problemas separatistas e independentistas. Esta autodeterminación interna siempre estuvo sometida al inquebrantable principio de soberanía y unidad nacional, piedra angular del derecho internacional pero éste sufrió un progresivo proceso de humanización, reconociendo a los individuos como portadores de derechos.

En el caso de Kosovo la violación sistemática de los derechos de la minoría albanesa conllevó una intervención internacional y una posterior secesión unilateral de la hasta entonces provincia serbia. Fue a todas luces una violación del principio de unidad territorial y soberanía serbia pero en ese momento comenzó a nacer la teoría de la secesión-remedio, que propugna que en casos de violación de derechos humanos y usurpación de la autoderminación interna por abuso de la soberanía de ese Estado se pudiese admitir una secesión unilateral. Mi investigación prueba cómo la autodeterminación en el plano interno ha encontrado en la teoría de la secesión-remedio una forma de ampliar su espectro de aplicación, incluyendo excepciones en las que desde ahora se permitirán declaraciones unilaterales de independencia en casos de violación de derechos humanos.

¿Qué opinas de la situación de Gibraltar?

-Que es tremendamente controvertida, uno de esos singulares casos de colonización que no han sido solucionados a día de hoy por el Comité de Descolonización de Naciones Unidas. Los intentos que dicho comité realizó en los 60 fracasaron por el imperativo de Utrecht de que Gibraltar pase a ser parte de España en caso de no ser británica. El conflicto se produce por el choque entre la norma reguladora de la situación colonial, el Tratado de Utrecht, que exige la vuelta a España, y la autodeterminación de los pueblos, que exige la consulta a esa población. La situación es jurídicamente difícil, lo que ha conllevado al anquilosamiento y el olvido de Naciones Unidas, dejando la solución a la negociación de las partes.

La propia realidad globalizadora en la que vivimos terminará por romper esa frontera como tantas otras. En concreto, nuestro proceso de integración europeo está destinado a hacer caer todas las fronteras en Europa.

¿En qué consiste tu trabajo en la Fundación Ideas?

-La Fundación es un think tank (tanque de pensamiento) donde desarrollamos estudios de políticas públicas relacionadas con la inmigración o el género, análisis sobre nuevas energías renovables y modelos económicos sostenibles o programas de cooperación al desarrollo. Yo soy investigador en el área de Red Internacional, donde coordinamos las líneas de investigación del pensamiento progresista a nivel internacional con las think tank mundiales.

¿Por qué te decantaste por las relaciones internacionales y el derecho constitucional?

-Decidí especializar mi carrera de Derecho sobre el derecho internacional y comunitario, sobre todo a medida que veía cómo la nueva realidad que se nos presentaba no encontraba soluciones a los problemas en el plano nacional, superado por dinámicas globales. Al cursar Ciencias Políticas me centré en la sistémica política que tiene gran parte de su base en los diseños constitucionales. Trabajé mucho el área de los sistemas políticos comparados a nivel internacional y sus respectivos derechos constitucionales que organizaban los poderes de esos Estados, mientras que los diversos posgrados que cursé luego me orientaron más en la línea del estudio de la desbordada realidad internacional del momento y de la necesidad de crear esquemas de gobernanza efectivos.

¿Piensas dedicarte a la política activa como ya ocurre en tu familia?

-Me dedico al estudio de la política, la cual necesita de líderes decididos y capaces de abordar los complejos procesos de tomas de decisiones. Cuando los políticos necesiten ayuda técnica sobre algún tema ya recurrirán al politólogo, al jurista, al urbanista o al médico para que le den su visión. Por el momento no tengo ninguna intención de presentarme al ejercicio de ningún cargo público.

¿Cuáles son tus perspectivas de futuro?

-Estoy muy cómodo en Ideas y desempeño un trabajo que me reconforta. Además, trabajo como abogado en materia de extranjería para diversas ONGs y me dedico a la consultoría internacional haciendo estudios e informes para algunas instituciones y empresas, de hecho estoy creando una consultora internacional.

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