Narcotráfico
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El contrabando invisible

La Guardia Civil sostiene que el tabaco importado por Gibraltar que nunca llega la Roca provoca unas pérdidas al erario público muy superiores a las que origina el 'trapicheo' en la Verja

Rubén Almagro La Línea

19 de septiembre 2016 - 01:00

Contrabando de tabaco y Verja de Gibraltar. Dos términos íntimamente relacionados no sólo para las autoridades, sino para la opinión pública. El mito de que el Peñón es el máximo proveedor de cigarrillos de Andalucía persiste con el paso del tiempo y es objeto de sesudos estudios estadísticos que tratan de explicar, por ejemplo, de qué manera sobrevive una población como La Línea con una tasa de paro que ronda el 45 por ciento. Sin embargo, como sucede con tantos axiomas de la cultura popular, la afirmación no es que no sea del todo cierta, sino que es aplastantemente errónea. Los cartones que atraviesan la aduana apenas servirían para surtir el consumo de la comarca, o así lo entiende la Guardia Civil.

Pocos, muy pocos, reparan en que Gibraltar no es productora y que, por lo tanto, antes de poner sobre el mostrador cada una de las cajetillas que vende está obligada a importarlas previamente. Y es precisamente en el camino al Peñón cuando más pitillos escapan al control de la Hacienda española. Un contrabando invisible, que no sabe de novelería ni de pequeña escala y que permanece oculto. Así lo desvela F.J.C.A., sargento jefe de la Policía Judicial de La Línea, órgano integrado en la Guardia Civil, el cuerpo que encabeza la pelea contra este tipo de conductas.

"Estamos hablando del tabaco que, legalmente, debería entrar importado en Gibraltar, pero que nunca llega", detalla.

"Esa mercancía llega en trailers que viajan con un régimen fiscal que no permite que sean abiertos durante el trayecto. El vehículo parte desde el punto en el que esté la distribuidora, en diferentes países de Europa, pero antes de que alcance Gibraltar se detiene en un punto determinado, lo abren, quitan gran parte de la mercancía, colocan un nuevo precinto y finalmente pasa la Verja ya con mucha menos carga".

Esa operación se produce en la mayor parte de los casos en la zona de la provincia de Málaga más cercana a la de Cádiz, entre Estepona y Casares. No es una casualidad. Ese tipo de vehículos tienen que atravesar determinados puntos de control durante su trayecto y están expuestos a que en uno de ellos su mercancía sea objeto de un análisis detallado. Realizar el desembarco a pocos kilómetros del Peñón minimiza el riesgo de que sea descubierta la ilegalidad.

"Lo que está claro es que en este tipo de contrabando sí que influye de manera importante el importador final", agrega el sargento en referencia a Gibraltar y a los empresarios que lo adquieren. "Si alguien compra un millón de cajetillas de tabaco y luego comprueba que la cantidad que llega es mucho menor debería denunciarlo y si no lo hace es que tendrá sus motivos".

"Las autoridades españolas se encuentran con un problema. Basta ir a la Verja y ver la cola que se forma para comprender que, en la práctica, es imposible comprobar la mercancía de todos y cada uno de los camiones", explica. "Se abren algunos, de manera aleatoria o en aquellos casos en los que existe una información previa o una sorpresa, pero la mayor parte de las veces se comprueba a ojo y no se puede contar cajetilla por cajetilla de cada uno de los camiones de tabaco internacionales".

Para pelear contra esta práctica, la Benemérita cuenta ahora con poderosos escáners que revisan los contenedores que atraviesan el paso fronterizo, pero no resulta suficiente. "Sí, ponemos medios, pero los malos también ponen los suyos. Rodean la cabina del camión con tabaco y dejan un hueco central que es de donde se ha sacado el tabaco que viajó desde el punto de partida. El camión tiene tabaco, pero no todo el que tiene declarado".

Los volúmenes son tan importantes que F.J.C.A. sostiene que ése es precisamente el mayor contrabando de tabaco, el que más daño hace a la Hacienda pública y a los estancos "pero el que más se ve, del que más se habla, es el que pasa por la frontera, porque es lo que llama la atención".

La Guardia Civil establece otras tres modalidades de contrabando, no son muy diferentes a las que se dan otras ciudades fronterizas. Cada una de ellas está asociada al tipo de personas que la lleva a cabo. Las fórmulas para contrarrestarlas también son específicas.

"Hay un número de vecinos que realizan pequeños contrabandos; son aquellos que atraviesan a diario por la aduana todas las veces que les sea posible para pasar uno, dos, tres paquetes, un cartón... que les permite obtener un pequeño beneficio", explica el máximo responsable en la ciudad de la pelea contra este tipo de actividad.

"Contra eso tiene mucho que ver la pericia del guardia civil que está en ese momento, que conoce el mudus operandi y que trata de frenarles y de que le sean impuestas sanciones administrativas, que son muy duras, aunque muchas veces esas personas carecen de respaldo económico y ante un expediente de Aduanas es muy probable que no tenga cómo pagar la multa y ésta se vaya al limbo".

"El segundo nivel lo forman aquellas personas que se están beneficiando de ese paso diario que existe por la Verja, que atraviesan unas 35.000 personas, aunque es evidente que no todas con ese fin", continúa.

"Son los que adquieren esos productos y que disponen de pequeños almacenes donde los guardan para su posterior distribución", recalca.

"Sin ir más lejos enfrente de la frontera están situados lo que nosotros llamamos ojeadores, que van adquiriendo el tabaco que va pasando la gente a un precio cerrado", abunda.

Existe un tercer estadio, que lo constituyen "aquellos que históricamente han convertido el paso del tabaco en su forma de vida. Son los que utilizan las latas, que son las embarcaciones que pasan rápidamente de Gibraltar a La Línea, donde la distancia no es superior a doscientos metros. Ahí el volumen aumenta de manera importante".

"Igual que entiendo que en las dos primeras modalidades la responsabilidad de Gibraltar es muy limitada, en este último apartado la cosa cambia, porque se produce desde las aguas que sus autoridades defienden como propias", recalca el Sargento Jefe de la Policía Judicial linense, que si algo tiene claro es que el cuerpo al que representa pone "todos los medios a su alcance" para frenar el contrabando.

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