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La pasión cofrade y la emoción llenan el pregón de Marta Gutiérrez Rosado

La primera mujer en pregonar la Semana Santa emociona con su prosa, verso y cante. Recorre todas las estaciones de penitencia y ensalza a Flagelación y Estrella

La pregonera, en un momento de su intervención.
Eva Reyes / La Línea

26 de marzo 2012 - 01:00

Marta Gutiérrez Rosado, linense de 38 años, entró ayer en la historia del municipio al convertirse en la primera mujer que pregona la Semana Santa en la ciudad. Nerviosa y feliz, al tiempo que emocionada, la pregonera llenó el salón de actos del colegio salesiano, que se vistió de gala para tan importante acto.

El encargado de presentar a la pregonera fue el hermano mayor de su cofradía -Flagelación y Estrella-, José Manuel Quero Marfil, quien destacó de ella "su inmensa fe" y la calificó de "ejemplo de constancia". Además de recordar su experiencia en pregones pues ha sido protagonista de tres exaltaciones desde el año 2006, realizó una breve biografía de la pregonera, marcada por el nacimiento de sus hijos, Álvaro y Estrella.

Marta Gutiérrez, que es licenciada en Filología Inglesa y ejerce como docente, agradeció a Quero sus palabras al inicio de su intervención. "Espero que sepas lo que te quiero", apuntó la pregonera, quien aseguró que recibió la noticia de su nombramiento "con ilusión, orgullo y gozo".

Antes de entrar en materia, Gutiérrez Rosado dedicó su pregón a dos personas. Por un lado, a su esposo David, "sin el que no podría dedicar tantas horas a mi hermandad", y por otro lado, a su prima Laura, que falleció hace unos meses en trágicas circunstancias. "Mi fe me dice que allí en la Gloria estarás", reseñó mientras se emocionaba y se le quebraba la voz.

A continuación, la pregonera se dirigió a los cofrades, "que no a los capillitas", a los que recordó que lo más importante es "el amor a Cristo, a la Madre y a nuestros hermanos", y reivindicó el orgullo de ser cofrade.

Acto seguido, inició un recorrido por todas las estaciones de penitencia de la Semana Santa linense, pero reservando para el final el Domingo de Ramos, día grande para su hermandad.

Marta Gutiérrez se detuvo de manera especial en el Miércoles Santo y el Cristo de Medinaceli, "la devoción linense por excelencia. Él nunca está solo pero es Él el que nunca nos deja solos. Nada escapa a su mirada", expuso la pregonera, quien se detuvo en el Cautivo para reconocer que, de pequeña, le causaba "inquietud". Rememoró entonces la noche en la que terminó esa sensación y se reencontró con Él para siempre.

Gutiérrez Rosado también mezcló el Viernes Santo con vivencias personales, pues ese día hace siete años nació su primogénito, Álvaro. La pregonera explicó cómo, salida de cuentas, le pidió al doctor ingresar una jornada después para poder ver desfilar a la Esperanza, "la que nunca está triste". Finalmente y justo después de ver a la Esperanza, ingresó en el hospital para dar a luz.

El último tramo del pregón lo dedicó casi en su totalidad al inicio de todo, el Domingo de Ramos, y en especial a Flagelación y Estrella, su cofradía. Lanzó Marta Gutiérrez palabras llenas de emoción y sentimiento dedicadas a los titulares de su hermandad que alternó con fragmentos cantados que sorprendieron al público asistente. La pregonera recibió calurosos y sonoros aplausos al término de su intervención.

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