Verano y helados, amigos inseparables

Cuando aprieta el calor la única defensa para la gente que no quiere quedarse en casa con el aire acondicionado al máximo es hacer un uso intensivo de las botellas de agua, las cremas solares, los abanicos y, sobre todo, de los helados y las granizadas. Por ello, las heladerías están en horario de verano hasta los topes de gente, que no parece quedar nunca satisfecha de helados.

Ya que hay gente para todo y que para gustos, los colores, la variedad de helados que se ofrece en las heladerías de La Línea es también muy colorida. Así, podemos encontrar tanto los más tradicionales, como los típicos de chocolate, vainilla y fresa, como los más raros, los de chicle o de Kinder Bueno.

A la hora de elegir helados, los linenses se decantan un poco más por los helados de siempre, como los de turrón, chocolate, nuez, fresa y vainilla, que por las novedades, ya que, como señaló ayer a este diario una cliente de uno de los establecimientos Okay, "no te vas a arriesgar a gastar dinero para comprar algo que no sabes si te va a gustar, la cosa está muy mala". Pese a a todo, hay helados que, siendo novedades, han sido muy bien aceptados, como el de Kinder Bueno, que tiene un público bastante amplio. Aparte del sabor de Kinder Bueno, este verano no se ha recibido ningún otro helado novedoso, aunque se ha retirado el de Drácula, que entró el año pasado.

En cuanto a los cucuruchos, pese a ser más divertidos, son también más incómodos, por ello las tarrinas, infinitamente más prácticas, son las más demandadas, aunque, cómo no, los pequeños siempre querrán pringarse un poco con los cucuruchos.

Por otro lado, las granizadas constituyen el otro pequeño placer del verano. Aunque no gozan de la gran variedad de los helados, son igual de demandadas que éstos. Así, los sabores son los de las frutas de siempre: fresa, lima, limón y naranja, siempre deliciosas y refrescantes a la hora de echarle un pulso al calor.

De manera que, para aquellas personas que se niegan en rotundo a quedarse en casa escondiéndose del calor, en su día libre o en sus vacaciones de verano, nada mejor que llamar a unos amigos, quedar en el centro de La Línea y disfrutar del verano en buena compañía, siempre con un abanico en una mano y un helado en la otra, eso sí.

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