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José Manuel Fernández reclama que la Semana Santa se viva intensamente

El periodista realiza un bonito pregón oficial y en verso y dedica piropos a todas las imágenes del municipio · Destaca los nombres de personas de ayer y hoy que trabajan por la Semana de Pasión

José Manuel Fernández, en un momento de su pregón.
Estrella Blanco / La Línea

10 de marzo 2008 - 01:00

El periodista José Manuel Fernández fue el encargado ayer de realizar el pregón oficial de la Semana Santa en el teatro municipal La Velada, arropado por los miembros del Consejo Local de Hermandades, multitud de cofrades y amigos.

José Manuel realizó un bonito pregón con la dificultad del verso añadida, con el que compartió recuerdos de su infancia, mediante el cual dedicó hermosas palabras a todas las imágenes de las hermandades de penitencia, sin olvidar los nombres de todas esas personas que sufrieron y trabajaron por la Semana de Pasión de La Línea y que ya se han ido, entre ellos su padre, y todas las que actualmente se esfuerzan por hacer que ésta sea cada año más grande. Además, pidió a los linenses que vivan esta Semana Mayor "como si fuera la última" y que "no escatiméis esfuerzos, ni desperdiciéis instantes, no perdáis detalle".

El pregón estuvo acompañado por las marchas procesionales que tocó la banda municipal de música, elegidas por el propio pregonero, que fue presentado por José Luis García Guillermo. El presentador hizo un recorrido por los olores, los sabores, los sonidos y los colores propios de estas fechas "que me dicen que ya es primavera" y apuntó que es tiempo de vivir la Semana Santa "que no puede ser unas vacaciones, ni un puente largo". Afirmó que José Manuel Fernández es "un cristiano que lo dice a boca llena y no lo esconde" y destacó que creció con el "hondo quejío de las saetas que cantaba su padre", además de recordar que fue nazareno de la Entrada Triunfal de Jesús en Jerusalén y su pertenencia a ocho hermandades del municipio.

José Manuel apuntó que su fe nació en el colegio salesiano y recordó cómo recorría todas las iglesias para ver a las hermandades prepararse antes de las salidas. "El bullicio en la Inmaculada cada año", sin olvidar "el esperar en las esquinas" para ver pasar a las queridas imágenes.

Después realizó un recorrido por cada una de las hermandades y tuvo hermosas palabras para todas sus imágenes, destacando las calles donde mejor se lucen los pasos y las cuadrillas que trabajan duro para que sus titulares procesionen por el municipio.

Desde el escenario de La Velada reclamó la presencia de la Virgen de la Alegría en las calles de La Línea, acompañando el paso de la Borriquita y a los linenses que reciben con palmas la llegada del Salvador. Habló de la Estrella "que no es de Triana, ni es valiente pero que sin duda tiene el calor de su gente"; la Concepción que camina detrás del Silencio "resignada"; Jesús de las Penas con "la pesada cruz a cuestas y el rostro sublime y sereno", Dolores "de complicada salida, cantera de costaleros y hermanos mayores, castigada e incomprendida, admirada y por La Línea querida"; Abandono y Mayor Dolor, "maravilla de palio"; Oración del Huerto y la Virgen del Amor, "la reina de Periáñez" a la que "me gusta verla en el regreso"; y por supuesto el Medinaceli que camina "solo, cautivo, abandonado" seguido de "una muchedumbre suplicante" y de la Trinidad, "mi norte y mi guía".

José Manuel Fernández también tuvo palabras para Jesús de las Tres Caídas al que el barrio de San Pedro "levanta y lo ayuda a sostenerse" y para la Virgen de la Salud "de blanco palio" y que "todo lo puede"; para la imagen de las Angustia, "¿cuántas madres afligidas se reflejan en su cara?", de la que destacó "el blanco sudario, María enlutada, angustias con desconsuelo, Virgen con cara de reina"; el Gran Poder, "difícil distinguir en su rostro la belleza de la tristeza"; el Cristo del Mar, "resplandor junto a la orilla" que deja a su paso "mil suspiros"; la Esperanza a la que llamó "paloma de San Bernardo"; la Amargura, ese "rostro de madre triste" que es "fuente de agua clara" y finalmente, el pregonero se acordó de la Soledad, "te veo tan guapa", "Virgen chiquita y preciosa", aunque tenga la cara "más triste de toda La Línea".

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