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Entidades recreativas y culturales desaparecidas (I)

EnciclopediadelaLÍNEA

TOMO XEl décimo volumen de la Enciclopedia de La Línea está dedicado a la vida social en la localidad, con un repaso a entidades de todo tipo.

Cartel de una actividad organizada por el Círculo de Hijos de La Línea.
Miguel Del Manzano Pratts

05 de noviembre 2017 - 11:16

Durante mucho tiempo, la existencia de centros recreativos y culturales estuvo polarizada en nuestra ciudad en el Casino de La Línea y el Círculo Mercantil. Estas entidades representaban, de hecho, las dos más fuertes corrientes políticas de la época: la conservadora, el Casino y la liberal, el Círculo. Su antagonismo, por tanto, era evidente. Eran socios del Casino, por lo general, todas aquellas personas que, de una forma u otra, estaban vinculadas a la política de la corriente dominante, representada por don Luis Ramírez Galuzo y sus familiares e incondicionales. Por su parte, el Círculo Mercantil estaba integrado por comerciantes y pequeños industriales, dependientes de comercio y, en general, como queda apuntado, por los elementos opositores a la política representada por don Luis Ramírez.

Posteriormente, fueron surgiendo otras entidades recreativas y culturales, que lograron justificada popularidad. Tal es el caso de la Unión Deportiva Linense, Logia La Aurora, en tanto sociedad recreativa, La Peña y otras de aquellos primeros tiempos que lograron mucho menor relieve, en cuyo caso se encuentra el Centro de Hijos de La Línea, cuya creación se intentó más de una vez, sin que jamás alcanzase los logros deseados.

El Casino de La Línea destaca por el cómodo y moderno mobiliario de su sede social

Posteriormente, fueron apareciendo muchas otras entidades y sociedades, tanto recreativas y culturales como deportivas o benéficas. La mayoría de estas asociaciones deportivas fueron redactadas en el tomo sexto, titulado Los deportes en La Línea.

Por tanto, en este volumen vamos a realizar varios capítulos. En primer lugar estudiaremos las sociedades culturales y recreativas que dejaron de existir y ya no se encuentran actualmente operativas en nuestra ciudad.

CENTRO DE HIJOS

DE LA LÍNEA (1932-1934)

Como queda apuntado al principio de este capítulo, los intentos por crear este Centro no fueron acompañados por el éxito. La causa principal, quizás podríamos encontrarla, en el hecho de que, en principio se cerraban herméticamente las puertas de esta sociedad a quienes no podían acreditar debidamente su nacimiento en La Línea. Se partía del error de negar la posibilidad de formar parte de la nueva sociedad a muchas personas, que, no obstante, no haber nacido en nuestra ciudad, en ella crecieron, se formaron y siempre se consideraron linenses de corazón. Según los documentos encontrados en el Archivo Histórico Municipal de nuestra ciudad, esta entidad sólo estuvo operativa los años 1932, 1933 y 1934.

Tuvo su sede inicial en calle 1º de Mayo (calle Clavel), número, 20. Luego se trasladaría a Plaza Blasco Ibáñez, nº 2 (Pl. de la Iglesia), para finalizar en calle Libertad (calle Real). En marzo de 1932, se forma una Comisión Organizadora, compuesta por seis personas (Manuel Abad, Antonio de la Hoz, Manuel Martínez Calvino, Francisco Acedo del Olmo, Francisco Navarro y Rafael Ocaña), para captar socios y redactar sus estatutos.

Tras la formación de una comisión organizadora, que como relatamos anteriormente, estuvo compuesta por seis señores, con la misión de redactar los estatutos de la sociedad y la captación de socios para la misma, se convoca una asamblea general, el viernes, día 25 de marzo de 1932, en el Teatro Cómico de nuestra ciudad. Asisten unos 70 afiliados, que aprueban el proyecto de estatutos y eligen a su primera junta directiva, cuya presidencia recae en don Juan Infantes Carreño, hasta junio de 1933, en que es reemplazado como primera autoridad de la sociedad don Manuel Martínez Calvino. Según los documentos que hemos podido examinar en el Archivo Histórico de La Línea, éstos son los dos únicos presidentes que están a cargo de la sociedad Centro Hijos de La Línea, hasta 1934, en que se disuelve la entidad. A fecha febrero de 1933, llegó a tener un total de 277 socios, cuyo número se incrementó unos meses después, en junio del mismo año, hasta los 317 afiliados. Esta sociedad tuvo tres sedes: calle 1º de Mayo, 20 (calle Clavel), donde empieza su andadura. Luego se traslada a la Plaza Blasco Ibáñez, 2 (Pl. de la Iglesia), para terminar su recorrido en la calle Libertad número 32 (calle Real).

Casino DE LA LÍNEA (1911-1929)

Esta entidad estuvo instalada durante casi todos los años de su existencia en la calle Real, precisamente en el mismo lugar que hoy ocupa el Círculo Mercantil. Se daba el caso curioso que el edificio ocupado por el Casino era propiedad del Círculo Mercantil, en tanto que éste llevaba en arrendamiento el local que ocupaba en aquella época, situado entre el propio Casino y la Casa Singer.

El Casino era parco en la organización de eventos sociales. Sólo podemos destacar los bailes de Carnaval y algún que otro acto cultural, siendo de éstos, el más sobresaliente, una conferencia del por entonces popular escritor y radical enemigo de la fiesta taurina, Eugenio Noel.

Con el desplazamiento de los Ramírez Galuzo de la política municipal por la derrota sufrida en las elecciones a Diputados celebradas en 1923, en las cuales fue elegido para representar al Distrito el abogado gaditano don Santiago Rodríguez Piñero, afiliado al Partido Reformista de don Melquíades Álvarez, el Casino de La Línea comenzó a languidecer, hasta su desaparición definitiva en las postrimerías de los años veinte. Cuando ello ocurrió, estaba instalado en un local de la calle Real, cercano al Banco Español de Crédito, local que más tarde ocuparía la Zapatería Niya. Antes, se había trasladado de su primitivo local al que venía ocupando, junto a aquel, el Círculo Mercantil.

A continuación, reproducimos un artículo publicado en el periódico SOL de Madrid el miércoles 12 de julio de 1922:

"Al ocuparnos en esta página de lo más saliente que encierra la simpática población del Campo de Gibraltar, no podíamos dejar de mencionar la aristocrática sociedad denominada Casino de La Línea. Es este centro de recreo el lugar de reunión de todos los comerciantes e industriales de la población, así como de cuantos forasteros concurren a la misma, que encuentran en dicho Casino una hospitalidad franca y cariñosa, una serie de comodidades que nada tienen que envidiar a las de las Sociedades similares de las más importantes capitales.

La fundación del Casino de La Línea data del año 1911, y puede decirse que desde esta fecha ha representado un factor indispensable en la vida de la población, figurando siempre a la cabeza de todos los movimientos del comercio y de las fuerzas vivas de la ciudad cuando hubo que acudir a los Poderes públicos en demanda de algo beneficioso para la misma.

Es presidente de honor del Casino el diputado a Cortes por el distrito, D. José Luis de Torres Beleña, cuyas campañas en beneficio de la población han sido siempre constantes y, la mayor parte de las veces, acompañadas del más completo éxito, por lo cual goza de una justa popularidad; siendo esta distinción honorífica que le ha concedido la mencionada Sociedad un premio a su laboriosidad, del cual se siente aquélla orgullosa.

Actualmente (julio de 1922) componen la directiva del Casino de La Línea personalidades tan salientes como: presidente, D. José Ortega Cerón; vicepresidente, D. José Vegazo; depositario, D. Antonio Garesse; bibliotecario, D. Miguel García Ramírez; secretario, D. Ángel Torres González; vocales: D. José Ramírez Maresco, D. Eligio Fernández Quiñones; D. Maximiliano Ramírez González; D. Rogelio Ramírez González; D. Trinidad Cruz Herrera; D. José Trujillo Delgadillo; D. Laureano Amaya Zamora; D. Aurelio Danino Peliza; D. Jacinto Jurado Durán; D. Manuel J. Gómez.

Todos ellos ponen el mayor entusiasmo en el desempeño de sus cargos, procurando que sus consocios encuentren en el local del Casino distracciones y comodidades, así como un personal subalterno encargado de todos los servicios.

Una de las causas que más han contribuido a fomentar las simpatías y popularidad de que goza el Casino de La Línea ha sido su generoso desprendimiento al acudir en auxilio de las clases menesterosas, siempre que por cualquier causa se ha exacerbado la miseria en la población, invirtiendo en tales casos importantes cantidades en facilitar a los pobres abundantes y buenos alimentos. En cuanto a fiestas organizadas para el esparcimiento de los socios y sus familias, este Casino celebra bastantes de ellas durante el año, revistiendo las mismas un carácter sumamente simpático y reinando en ellas una gran cordialidad y armonía; por lo cual constituyen un gran triunfo para los directivos del Casino, que en estos actos se desviven por atender a cuantos concurren a los salones. Cuando celebra La Línea de la Concepción su feria en el mes actual, el Casino puede decirse que es el punto de reunión a donde acude el forastero, el que en aquellos amplios salones encuentra por parte de todos los socios esa afectuosa acogida que el andaluz dispensa siempre al que le visita, y que, como sabe el que ha estado, aunque haya sido nada más que unas horas, en Andalucía, se traduce en atenciones sin número".

Otro reportaje aparecido el día 25 de agosto de 1921, en el periódico La Libertad decía así:

"El Casino de La Línea, aunque de no muy antigua creación (fue inaugurado en el año 1911), tiene una gran significación social en la vida linense; no hay asunto, campaña o cosa que beneficie a la población en que el Casino no una su esfuerzo o su prestigio en defensa del pueblo.

Su junta directiva la componen hoy (agosto de 1921): presidente, D. Manuel Paredes Ramírez; vicepresidente, D. Juan Díaz Escribano; secretario, D. Ángel Tosrres González; tesorero, D. Pablo Carreño Roca; bibliotecario: D. Antonio Cubillo; sección de música, D. Eligio T. Fernández; vocales: D. José Mesa Gutiérrez, D. Leopoldo Diáñez Díaz de Bustamante, D. Rafael Blanco Forcada, D. Rafael Naranjo, D. Simón Lozano, D. Miguel Framit, D. Sebastián Navarro, D. Francisco Vera, D. Juan Borgoñón, D. Luis López Ramírez.

El Casino de La Línea celebra frecuentes fiestas de carácter íntimo, descollando por su buen gusto los bailes de las fiestas carnavalescas y los que en las fiestas de la Velada celebra en su caseta del Real de la Feria.

El mobiliario del Casino es cómodo y lujoso, y en sus salones se admiran cuadros de gran mérito del pintor local Cruz Herrera.

Respondiendo a su labor cultural, el Casino de La Línea adquirió en 3.500 pesetas un cuadro del laureado pintor local Cruz Herrera, que es un lienzo pletórico de vida, en el que su autor supo reflejar fielmente una emotiva escena del vivir turbulento, tan frecuentes en esas cátedras del vicio que pomposamente se llaman cabarets".

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