Arte en porexpán y marmolina
Beethlem prepara su instalación más compleja: un nacimiento de 24 metros cuadrados que se podrá rodear y ver desde cualquier ángulo Los socios trabajan a destajo en su construcción
Los obradores de mantecados de la localidad sevillana de Estepa trabajan estos días a destajo para que el dulce sabor de la Navidad llegue a tiempo. En una nave del polígono Manuel de Falla de La Línea la actividad con miras a las fiestas también es constante entre tablones de madera, figuras de marmolina y botes de pintura.
Los integrantes de la asociación belenista Beethlem dan forma con dedicación y mimo al porexpán para construir montañas, pozos o un molino de trigo que formarán parte de la instalación que se ubicará a principios del próximo mes de diciembre, dentro de apenas dos meses, en la planta baja del edificio Istmo Comandancia.
"Somos como las fábricas de turrón. A partir de junio ya estamos trabajando a un ritmo constante, cuatro tardes por semana, para que cada año el belén sea diferente", compara José Luis Lima, presidente del colectivo que este año se ha embarcado en uno de los retos más laboriosos de la trayectoria de la entidad: construir un nacimiento que se pueda contemplar rodeándolo.
No es un encargo sencillo. La iniciativa supone un trabajo extra frente a la configuración habitual adosada a una pared que no parece pesar entre los socios. Más bien lo contrario. El belén de este año tendrá 24 metros cuadrados (6 de largo por 4 de ancho) y se instalará sobre una mesa centrada en la sala. "Obviamente es mayor trabajo. Ahora tenemos que construir la parte trasera de las casitas y cuidar cada detalle porque el belén se podrá ver desde cualquier punto. Es un reto que asumimos con gusto", detalla Lima. La idea la plantearon varios escolares durante la visita al Istmo las pasadas navidades. "Y les cogimos la palabra. Desde febrero ya trabajamos en el diseño y, tras un breve parón en junio, estamos en plena preparación de la piezas antes de su traslado al edificio municipal", apuntan.
El riachuelo y su puente, las casitas de los pastores y el portal se cambian cada año mediante el reciclaje de los elementos. "Cambiamos las puertas de las casas o repintamos el pozo. Prácticamente todo es nuevo", remachan. Y este año con el aliciente de la perspectiva múltiple.
Beethlem cuenta entre su patrimonio con bellas figuras de las imágenes principales de la Natividad compradas a artesanos de Olot (una de las cunas de la imaginería española) o Jerez, de diversos tamaños para generar la profundidad. Y otras, de marmolina, se pintan a mano para que luzcan perfectas. "Nuestro fondo de figuras se ha adquirido con los años a través de aportaciones de los socios, la venta de lotería o un mercadillo en el que damos salidas a piezas antiguas que ponemos a punto. Pero muchas veces también de nuestro propio bolsillo. Es nuestra razón de ser", apostillan. No busquen el caganet tradicional en las representaciones catalanas. "Sinceramente, aquí no lo vemos", zanja Lima.
La asociación surgió oficialmente en 1998 -aunque ya tenía actividad en años previos- gracias a la reunión de varios aficionados que lograron poner en marcha un concurso local de belenes e instalar su primera composición en la planta alta del mercado municipal. Durante sus primeros años llevaron las figuras al Círculo Mercantil y al Complejo Ballesteros antes de fijar su instalación en el Itsmo Comandancia, donde sólo el año pasado desfilaron una media de 350 personas al día más un millar largo de escolares. "Para nosotros es muy reconfortante que el trabajo sea reconocido. Así nos lo dice la gente en el libro de visitas que instalamos y donde registramos el paso de personas de Sevilla, Huelva o Málaga además de la comarca", detallan.
Actualmente son 72 socios, la mayoría de ellos jubilados, aunque poco más de una decena mantiene una dedicación constante a lo largo del año. "Nos cuesta añadir a gente joven que contribuyan al relevo generacional para que esta labor no se acabe. Estamos contactando con los grupos jóvenes de varias hermandades para lograr que se involucren y se mantenga la iniciativa", destaca Lima. El concurso de belenes -que el año pasado logró una veintena de participantes- es otro de los campos donde buscan a nuevos socios.
Y aunque el otoño meteorológico se resista a llegar, el calendario dice lo contrario. Todo debe estar listo para el 4 de diciembre. Aún quedan muchas montañas por pintar. "Pero es muy gratificante verlo terminado. Estamos deseando verlo y que la gente lo disfrute", concluyen los belenistas.
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