Gibraltar localiza una torre defensiva del siglo XVIII en la restauración de la Ciudad Bajo el Asedio
La estructura tenía un matacán, estructura única en Gibraltar que permitía a los defensores de la muralla arrojar granadas u otros proyectiles
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La restauración que se está realizando de los antiguos almacenes de munición de Willis en Gibraltar, conocida comúnmente como la Ciudad Bajo el Asedio, ha permitido identificar una torre defensiva del siglo XVIII que en su día formó parte integral de las defensas meridionales del polvorín.
El equipo de Wright Tech, en colaboración con Manuel Jaén, especialista en restauración y conservador del proyecto, localizó la estructura mediante una investigación histórica y cartográfica que abarcó el análisis de planos que se remontan al gran asedio de Gibraltar (1779-1783) y correlacionándolos con mapas militares posteriores de la Segunda Guerra Mundial.
Este estudio se vio respaldado por la identificación de una rara fotografía del siglo XIX en la que aparece claramente la torre antes de su destrucción o desmantelamiento, lo que confirma que la estructura ampliaba en su día los límites defensivos conocidos del Complejo de la Ciudad Bajo el Asedio.
Situada más allá del almacén de munición sur y dominando un escarpado acantilado, la torre servía de atalaya y puesto defensivo y protegía los polvorines de posibles ataques lanzados desde abajo. La zona también contenía un corredor fortificado (una coracha), diseñado para proteger el paso entre el polvorín y un pozo de agua exterior, por lo que combinaba propósitos logísticos y defensivos.
Durante la actual fase de conservación, la limpieza del sector sur reveló los cimientos que quedaban de la torre, ocultos bajo décadas de escombros y vegetación acumulados. De particular importancia fue la identificación de un matacán, un elemento defensivo construido directamente en la base de la torre. Este elemento arquitectónico, único en Gibraltar, consistía en un hueco revestido de mortero que sobresalía de la muralla y permitía a los defensores arrojar granadas u otros proyectiles sobre las fuerzas enemigas que intentaban escalar los acantilados. El matacán se extendía hacia el exterior a través de un canal liso y revestido, diseñado para garantizar la precisión al soltar las municiones por la pendiente.
La presencia de este elemento redefine la comprensión histórica del complejo de los antiguos almacenes de munición de Willis, ya que amplía su papel de simple almacén de municiones al de fortificación de defensa activa.
Aunque el matacán es un diseño habitual en las fortificaciones medievales, su adaptación dentro de esta estructura del siglo XVIII refleja un renacimiento defensivo neomedieval típico de la época, en la que se mantenían las tácticas defensivas tradicionales incluso en la era de la pólvora y la artillería, según ha explicado el Gobierno de Gibraltar en una nota.
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