Vivir el sur

La Real Fábrica de Artillería de Jimena, la encargada del abastecimiento de armas en el asedio a Gibraltar

Restos de la Real Fábrica de Artillería de Jimena.

Restos de la Real Fábrica de Artillería de Jimena. / Erasmo Fenoy

Durante el reinado de Carlos III, Jimena se convirtió en un punto estratégico para el abastecimiento de armas y munición. A los pies del Castillo, fuera del casco urbano, se encuentran los restos de la Real Fábrica de Artillería, una infraestructura del siglo XVIII que comenzó a funcionar en el año 1780, coincidiendo con el asedio de Gibraltar.

Las Reales Fábricas llegaron a España de la mano de la dinastía de los Borbones, imitando a las existentes en Francia para favorecer a la economía y al proteccionismo de la industria y el comercio nacional. Su finalidad era disminuir las importaciones de materias primas y fomentar las exportaciones de productos. 

La de Jimena, también conocida como la Fábrica de bombas, se situó junto al río Hozgarganta, suministrador del agua que permitía el trabajo de la maquinaria. También fue importante el hallazgo de hierro, aunque, una ven en funcionamiento, se dieron cuenta de que no había suficiente mineral para alcanzar el pleno rendimiento de la fábrica, por lo que tuvieron que recurrir a las minas cercanas de San Pablo de Buceite.

La infraestructura jimenata dejó de funcionar definitivamente en 1787. Actualmente, algunas de sus instalaciones forman parte de un establecimiento hotelero y otras, como el canal de abastecimiento de agua a los hornos, el conocido como "Cao", puede verse entre la vegetación a lo largo de la orilla del río.

La estructura de piedra de más de 650 metros de longitud dirigía el agua hasta los hornos, construcciones ya inexistentes, para la fundición del hierro necesario para crear el armamento.

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