Justicia e Igualdad

Gibraltar prohibirá la 'terapia de conversión' que sufre la comunidad LGTBIQ en todo el mundo

  • El Gobierno elabora un Proyecto de Ley que quiere activar antes del verano

  • La ONU considera está práctica equivalente a la tortura u otros tratos crueles

Una persona envuelta en la bandera arcoíris en la comarca.

Una persona envuelta en la bandera arcoíris en la comarca. / Erasmo Fenoy

El Gobierno de Gibraltar ha comenzado el proceso para prohibir por ley las terapias de conversión, unas prácticas que la ONU considera equivalentes a la tortura u otros tratos crueles, inhumanos o degradantes ya que pretenden cambiar a la fuerza la orientación, expresión o identidad sexual de los miembros de la comunidad LGTBIQ. 

Así lo ha confirmado la Ministra de Justicia e Igualdad del Peñón, Samantha Sacramento, que ha garantizado este viernes al Grupo por la Igualdad de Derechos (Equality Rights Group) que los trabajos van encaminados a la presentación de un Proyecto de Ley con vistas a introducir la legislación pertinente antes del verano.

“Me siento orgullosa de que este Gobierno esté trabajando ya para introducir una legislación que prohíba la práctica de la terapia de conversión, que no tiene cabida en Gibraltar. El Grupo por la Igualdad de Derechos y la ciudadanía puede estar tranquilo porque se está trabajando en la redacción de un Proyecto de Ley, con el objetivo de promulgarlo antes del verano”, explicó Sacramento.

Esta iniciativa, explica el Gobierno de Gibraltar, es independiente de la postura del Gobierno británico sobre el asunto. En Reino Unido se ha desatado una gran polémica después de que ITV News desvelara un documento del Gobierno británico en el que se renunciaba a prohibir las terapias de conversión, algo con lo que se había comprometido el primer ministro Boris Johnson. La prohibición sería parcial porque se dejará a un lado las que sean para las personas transgéneros, lo que supone una gran discriminación. 

Muchos países como Alemania han prohibido las terapias de conversión para menores o mayores de edad que acudan a ellas siendo presionados. En España, a nivel nacional aún no se han prohibido estas terapias pese a las graves consecuencias que provocan.

Según un informe presentado al Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas por el experto independiente sobre la protección contra la violencia y la discriminación por motivos de orientación sexual e identidad de género, Víctor Madrigal-Borloz, las terapias de conversión causan profundos traumas físicos y psicológicos a las personas que las sufren. 

Estos métodos tienen como objetivo transformar a una persona no heterosexual en una persona heterosexual, y a una persona trans o de género diverso en una persona cisgénero (una persona cuya identidad de género corresponde a su sexo registrado).

Estas terapias se llevan a cabo en al menos 68 países, en todos los continentes. Son “muy frecuentes” en África y “bastante frecuentes” en América Latina y el Caribe y en Asia. El informe cita otras muchas regiones y países, como China, la República de Corea y los Estados de Europa del Este.

En Estados Unidos, se calcula que unas 700.000 personas lesbianas, gais, trans o de género diverso han sido objeto de estas prácticas en algún momento de su vida.

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