Gibraltar y el DNI: tres décadas de un cambio que facilitó el cruce por la Verja
El verano de 1995 marcó un antes y un después en la movilidad entre la colonia y España
A día de hoy, el uso del carné se mantiene sin soporte legal tras la salida de Reino Unido de la UE y a la espera del tratado sobre Gibraltar
España activará los nuevos controles Schengen entre La Línea y Gibraltar el 12 de octubre
Este verano se han cumplido 30 años de uno de los momentos que supusieron un punto de inflexión en la Verja de Gibraltar: en julio de 1995 entró en vigor una ley emitida por el Gobierno que permitía a todos los españoles entrar a la colonia utilizando solo el Documento Nacional de Identidad (DNI), suprimiéndose la obligación de usar el pasaporte. De esta manera, los españoles se unían a los países firmantes del Acuerdo Schengen -tratado que permite la libre circulación de personas dentro de un área común- a quienes ya les servían sus respectivos documentos nacionales de identidad a la hora de atravesar este puesto aduanero, junto a los de otras nacionalidades que también podían hacerlo, como Andorra, Dinamarca, Irlanda, Islandia, Mónaco, Liechtenstein, Suecia y Noruega, entre otras.
La efeméride coincide con el horizonte cercano -en otoño de este mismo año, según las previsiones los implicados- de un posible tratado político "definitivo" entre la Unión Europea, España, Reino Unido y Gibraltar que permitiría el libre acceso al espacio Schengen a la Gibraltar postbrexit; es decir: la desaparición de los controles fronterizos en la Verja que pasarían a estar en el Puerto y el aeródromo de la colonia.
Mientras tanto, el DNI se sigue utilizando para cruzar por la Verja sin soporte legal. El trasiego entre La Línea de la Concepción y Gibraltar se rige por una norma no escrita que prima la fluidez y facilitar la interconexión entre las dos comunidades. Era así antes de la activación del Brexit, el 1 de febrero de 2020, y lo sigue siendo ahora, aunque para ello haya que saltarse el Código de Fronteras Schengen que sí rige en el resto de estados miembros de la UE. Desde la entrada en vigor del Brexit, la frontera Schengen se encuentra en la Verja, aunque a diario se haga la vista gorda. Este statu quo singular deriva de la buena voluntad existente a ambos lados a la espera de que cristalice el tratado derivado del acuerdo político alcanzado entre la Comisión Europea y Reino Unido, el pasado 11 de junio.
El DNI, diez años después de la apertura total de la Verja
El uso del DNI para entrar en Gibraltar en 1995 llegaba tan solo diez años después de la reapertura total de la Verja -no solo para peatones, como sucedía desde 1982-, tras dieciséis años de cierre traumático entre el Campo de Gibraltar y la Roca. Eso sí, la medida que se aprobó en 1995 no afectaba a los británicos ni a los gibraltareños. Los primeros quedaban excluidos y debían seguir usando el pasaporte. Con los llanitos, en cambio, la cosa se complicó: no se les reconocía a nivel internacional el documento interno que expide el Gobierno que por aquel entonces dirigía el sempiterno socialista-laborista Joe Bossano -que aún hoy ostenta ministerios en el gobierno llanito-, por lo que también estaban obligados a cruzar la Verja con un pasaporte.
Una derivada curiosa de aquella novedosa fórmula para entrar al Peñón era la relativa a los menores de edad, que también quedó contemplada. Hasta aquel entonces, si el menor no disponía de pasaporte, se hacía el mismo en la misma Verja o "el funcionario judicial firmaba el folio rosa". Con la nueva norma, los padres eran quienes debían rendir cuentas y estar obligatoriamente presentes en el momento de cruzar hacia la colonia, "dado que el DNI debe ir acompañado de la autorización expresa y por escrito de sus padres".
La medida, según la hemeroteca de Europa Sur, sorprendió incluso a sectores de Exteriores y la diplomacia, pues siempre se había mantenido la postura del uso de pasaportes por el contencioso aún vigente sobre Gibraltar. Sin embargo, el Gobierno presidido por Felipe González (quinta legislatura del socialista, que arrancó en 1993 y finalizó en 1996) definió esta medida como un trámite meramente "administrativo y técnico". Además, el Ejecutivo, que tomó la decisión conjunto a Exteriores -dirigido por Javier Solana- y Justicia e Interior -que titulaba Juan Alberto Belloch- garantizaba que la decisión no afectaba a los controles que se efectuaban en la Aduana "para combatir el blanqueo de dinero".
Unos días después, el subdirector general de Coordinación Comunitaria para Asuntos Jurídicos del ministerio de Asuntos Exteriores, Ángel Boixareu, trasladó al director de Europa Sur en aquel tiempo, Juan José Téllez, que el nuevo sistema de entrada y salida se había implementado porque España "se arriesgaba a un expediente de la Comisión Europea si no podía en práctica la medida".
Colas de entrada
Hay cosas que nunca cambian y una de ellas son las colas de entrada y salida a Gibraltar. A pocos días de hacerse valer esta nueva situación, en plena temporada de verano, las aglomeraciones alrededor de la Verja se hacían ver desde lejos en La Línea: "Las colas de vehículos llegaron hasta el comienzo del carril izquierdo de la avenida de España con la calle Sevilla". La nueva legislación hizo que muchos itinerarios veraniegos, principalmente de españoles, pasaran por acercarse a esa rara avis de lugar: visitar la única y última colonia en suelo europeo; y de paso saciar la curiosidad después de años incomunicados.
Los turistas extranjeros llegaban principalmente de la Costa del Sol en autobús, pero en esos primeros días, como el resto de los locales, decidieron inmovilizar los vehículos y entrar a pie por la Verja, una opción mucho más ágil, ya que las colas tardaban hasta una hora o más. Según reportó la Comisaría de Policía de La Línea a este periódico, las jornadas se vivieron con "normalidad" más allá del atoramiento de documentación y aduanas. Otro hecho, que esperemos que no se replique en el esperado acuerdo en ciernes, es que La Línea soportaba "el peso de estas colas con el agravante de que la inmensa mayoría de estos visitantes suelen pasar de largo de esta población", concluía el reportaje.
Ahora se acerca otro acontecimiento histórico: a partir del 12 de octubre se dará comienzo a la implantación del nuevo Sistema de Entradas y Salidas (SES) de la Unión Europea (UE), que estará bajo responsabilidad española y que debe estar listo para el 10 de abril de 2026. Este nuevo sistema -que estará vigente hasta que culmine la elaboración del tratado y obtenga la aprobación en los parlamentos europeo y británico- prevé el registro de datos biométricos tales como huellas dactilares, imágenes faciales y otra información de los pasos tendrá que estar completo.
Uno de los escenarios de futuro relacionados con el acuerdo político sobre Gibraltar es la de la eliminación física de la Verja. Una caída que sería histórica y de la que ya se han planteado modelos, como el de “controles yuxtapuestos” vigente en la estación de St Pancras de Londres, donde la policía francesa realiza controles migratorios antes del embarque hacia el Espacio Schengen.
Este modelo plantea que los controles de entrada y salida se trasladen al puerto y al aeropuerto de Gibraltar, lugar donde se realizarán de forma dual, con la presencia de la Policía Nacional en suelo llanito junto a las autoridades gibraltareñas.
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