España

Los etarras detenidos guardaban documentación y material electrónico

  • Los informes podrían servir para saber cuáles eran los planes de la banda tras la tregua. Además, los agentes también hallaron dos revólveres, munición y dos coches franceses robados.

Los cuatro presuntos etarras detenidos en una casa rural del norte de Francia, entre los que se encuentran los jefes del aparato militar y logístico de ETA, guardaban en la vivienda cables y material electrónico, además de abundante documentación sobre la banda que está siendo analizada.

El Ministerio del Interior ha informado en una nota de que la policía francesa ha encontrado en la casa, alquilada con documentación falsa el pasado 21 de febrero y hasta el 14 de marzo, dinero en efectivo, ropa de montaña, sacos de dormir, picos y palas y material de acampada, algo ya habitual en las últimas operaciones.

Además, los agentes se han incautado de dos revólveres calibre 357 magnum, con su munición correspondiente, varios documentos de identidad españoles falsos y material informático, entre ordenadores portátiles, discos duros y lápices de memoria.

En la vivienda también se han localizado dos vehículos franceses robados que portaban placas dobladas, correspondientes a otros coches de idéntica marca y modelo.

Los detenidos -Mikel Oroz Torrea, Alejandro Zoraban Arriola, Iban Saez de Jauregi Ortigosa y Urko Labaka Larrea- se encuentran en la comisaría de Amiens, mientras se procede al registro de los dos vehículos intervenidos.

Una vez que finalicen estas pesquisas, está previsto que sean trasladados a dependencias de la Subdirección Antiterrorista (SDAT) de París para, posteriormente, ser puestos a disposición judicial.

Fuentes de la lucha antiterrorista han explicado que los cuatro terroristas habían alquilado la vivienda al objeto de mantener una reunión para estudiar la estructura y despliegue de los 'comandos' de ETA.

El ministro francés del Interior, Claude Guéant, apuntó que uno de los arrestados está relacionado con el tiroteo en el que murió un policía galo en la localidad de Dammarie-les-Lys, al sureste de París, en marzo de 2010.

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