Enrique Roca. Presidente del Consejo Escolar del Estado

"El problema es concebir todo un sistema educativo para seleccionar a los alumnos"

Enrique Roca

Enrique Roca / M.G.

A Enrique Roca Cobo (Madrid, 1947) le cuesta no hablar del currículum y de repeticiones. Ahí tiene el foco, en la apabullante tasa de repeticiones en España que afecta a más de un 25% de los alumnos. Apasionado de la educación y con una amplia trayectoria docente, asegura que el problema en España está en querer enseñar demasiadas cosas, un currículum "enciclopédico" y rígido que dificulta centrarse en los aprendizajes fundamentales. Propone un modelo más parecido al de los países nórdicos, donde es excepcional que un alumno repita y los resultados son mejores.

-Desde que cerraron el colegio en marzo, sabíamos que este escenario al que hoy nos enfrentamos era probable. ¿Hemos aprovechado este tiempo para estar preparados?

-Partimos de la experiencia adquirida en las clases no presenciales por el profesorado, por el alumnado y las familias. El trabajo principal ahora es revisar el estado de los aprendizajes del trimestre pasado y poner en marcha mecanismos de adaptación sobre lo que haga falta. Centrándonos en los aprendizajes fundamentales no adquiridos, si es que eso ha ocurrido, y una vez hecho adaptar el currículo. Por su lado, las administraciones tienen la obligación de facilitar los recursos que requieren los centros. ¿Se ha hecho? A mí me consta que en algunos casos sí, y en otros no.

-¿En qué países nos debemos fijar?

-En general debemos mirar a los que siempre organizan muy bien la educación, porque también lo están haciendo en estos tiempos de pandemia. Por ejemplo, en educación Infantil y Primaria, incluso en Secundaria obligatoria, hay un porcentaje elevadísimo de países europeos en los que la repetición no existe. Lo que significa que todos los alumnos pasan de curso, pero lo hacen con los informes pertinentes para que en el siguiente curso se sepa de qué manera hay que abordar su aprendizaje. Estos países ya tienen un currículum adaptado, nosotros tenemos uno casi "enciclopédico", que ahora , por la pandemia, vamos a necesitar adaptar. No se trata de regalar aprobados, se trata de regalar aprendizajes, de conseguir que cada día ningún alumno se quede atrás. Si se trabaja así desde el principio, se llega a final de curso con los aprendizajes imprescindibles consolidados. Por ejemplo, el currículum nórdico es la décima parte del español. No está lleno de contenidos exhaustivos, sino que está lleno de aprendizajes fundamentales. Pongo un ejemplo: en el mundo anglosajón no se enseña lingüística, se les enseña a hablar y a escribir el idioma, pero no se enseñan las reglas lingüísticas.

-¿Entonces es un problema de contenidos, no de aprendizaje?

-Claro, es importante que el alumno domine lo fundamental, y que tenga un buen manejo de las competencias básicas. Nuestros alumnos lo tienen, aunque suspendan. Repiten un 25%. En el mundo anglosajón no repiten y sin embargo nuestros resultados en PISA son muy parecidos. No hay un problema de aprendizaje; de hecho, cuando nuestros alumnos van a otros países a estudiar no tienen ningún problema en seguir el ritmo que se les propone. A su vez, esos alumnos, los de otros países, tampoco tienen problemas para ir a cualquier universidad del mundo. ¿Qué quiere decir? Que los aprendizajes fundamentales están aprendidos.

-¿Cuando más de un 25% de los alumnos están repitiendo el problema es organizativo o económico?

-Más que organizativo o económico, creo que es de planteamiento. Hay profesores que están convencidos del sistema, que opinan que esto es lo que se debe saber, y si no toca repetir; es la tradición española. El problema es cuando concibes todo un sistema educativo, desde la etapa de Infantil, para seleccionar a los alumnos. La idea debería ser que en la educación Infantil, la Primaria y por lo menos los primeros años de la Secundaria no debemos entender la educación como una selección, sino como un aprendizaje para vivir dignamente, para poder afrontar los retos sociales, educativos, económicos..., y poder formarse, tener un futuro formativo. No debemos seleccionar, debería ser una educación para todos.

-¿Se puede innovar en España?

-Sí se puede, aunque evidentemente el currículum contiene muchas rigideces. Yo defiendo que el título de la ESO, en vez de plantearse como un obstáculo que hay que saltar, se convierta en oportunidades que se abren para los alumnos; que el título certifique lo que se ha hecho y a partir de esa certificación, se oriente a los alumnos. En el mundo anglosajón prácticamente todos se gradúan, el porcentaje que es del 1%, 2%, no más, pero no todos hacen los mismos aprendizajes. En la High School, tienen orientaciones personales y trabajan determinados núcleos de aprendizaje.

-¿Considera suficiente la formación del profesorado?

-El profesorado de Infantil y Primaria está muy bien preparado, o por lo menos tiene teóricamente los instrumentos. Ha mejorado mucho, aunque siempre se puede mejorar, y es algo que siempre estará evolucionando. No puedo decir lo mismo del profesorado de Secundaria. Sí, bueno, ahora tiene el máster, pero deberíamos ir un poco más allá, al famoso MIR, que los profesores que se incorporen pasen un periodo de prácticas, uno o dos años formándose, que puedan incorporar a la práctica lo que han aprendido. Además, es fundamental que durante toda la carrera haya un control, una evaluación del profesorado bien hecha. De todos modos, debemos estar satisfechos. Claro que hay profesores que no funcionan bien, pero no es la enorme mayoría, probablemente en una proporción parecida a la de los sanitarios.

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