Rogelio Velasco

Catedrático de Economía

Emprendimiento en Andalucía

Contar de forma desagregada que autónomos operan en sectores de Alto Potencial frente a los que lo hacen en ámbitos tradicionales ayudaría a ser más eficaces en el diseño de políticas públicas

Emprendimiento en Andalucía

Emprendimiento en Andalucía

DE  manera recurrente, la literatura sobre el proceso de crecimiento de países y regiones pone el énfasis en las actividades de I+D+i que llevan a cabo tanto instituciones de investigación públicas como empresas privadas.  

Este enfoque, sin embargo, adolece de una debilidad fundamental. Por elevado que sea el volumen de investigación y su calidad, si ésta no se materializa en bienes y servicios que puedan ser vendidos en el mercado, su contribución al crecimiento económico y a la creación de empleo será marginal. 

Son necesarios empresarios emprendedores, nuevos y ya establecidos, para que la extraordinaria palanca que representa la innovación se materialice en crecimiento económico.  

Los nuevos emprendedores resultan, pues, de gran importancia porque son ellos los que con su actividad generan crecimiento y empleo.  

En el informe GEM 2023, recientemente publicado, se pone de manifiesto las grandes tendencias de la actividad emprendedora en España durante los últimos veinte años, coincidente con el periodo de publicación del informe GEM. 

Una de las tendencias más relevantes observadas en Andalucía, es la reducción del porcentaje de población involucrada en la creación de nuevas empresas, tendencia similar a la de España aunque de mayor intensidad. En Andalucía, el porcentaje de población involucrada en la creación de empresas durante los últimos 20 años se redujo en 0,7 puntos porcentuales, frente al 0,8 de España. 

El contraste con los principales países occidentales resulta impactante. Durante el mismo periodo, Francia aumentó el número de personas involucradas en emprendimiento en un 7,5%, EEUU un 7,3% y Reino Unido un 6,5%, entre otros. 

Estas evoluciones divergentes durante tantos años han provocado que las diferencias de población emprendedora entre los principales países occidentales y España y Andalucía hayan aumentado notablemente.  

En los países señalados, el porcentaje de población emprendedora se encuentra, según el país,  entre el 10% y el 20%, frente a un 5,5% en Andalucía.  

En todo caso, el pesimismo se ha incrementado notablemente en todos los países occidentales durante las dos últimas décadas. La diferencia con España y Andalucía es que aquéllos parten de un nivel de emprendimiento muy elevado comparado con el nuestro, lo que les permite un notable efecto amortiguador.  

Las iniciativas emprendedoras asociadas a sectores tradicionales no suelen provocar cambios profundos en la estructura productiva de las economías. Si acaso, una modernización de las actividades existentes, que se adaptan a las nuevas tendencias de los mercados. Esas iniciativas están asociadas, en muchos casos, a nuevos trabajadores autónomos que crean su propia pequeña empresa después de desvincularse de una gran empresa para la que trabajaba.  

Esto explica, en cierta medida, el extraordinario aumento del número de trabajadores autónomos, especialmente en Andalucía, que se ha convertido en la Comunidad Autónoma con mayor número de autónomos de España.  

Por otro lado, la percepción de oportunidades para emprender en España está liderada por Canarias, apareciendo Andalucía en segundo lugar, por delante de otras comunidades con PIB per cápita más elevado.  

Si el número de autónomos es tan elevado y la percepción de oportunidades también lo es, entonces ¿por qué no aparece Andalucía en una posición más alta en cuanto a crecimiento económico?  

El mayor crecimiento de un territorio está asociado a la aparición de muchas nuevas empresas con Alto Potencial de Crecimiento, que fabrican productos tecnológicos o prestan servicios avanzados de la misma categoría, que operan en sectores de rápido crecimiento y con unas elevadas expectativas. Son empresas que, desde el mismo diseño del producto o servicio, penetran rápidamente en todos los territorios y alcanzan una posición competitiva. Sus mercados desbordan completamente los mercados locales o regionales. Por tanto, la ausencia de muchas empresas con Alto Potencial contribuye a explicar el escaso impacto sobre la estructura productiva. Hay muchos autónomos convertidos en emprendedores, pero las empresas que crean tienen un impacto muy modesto sobre el crecimiento.  

Esas empresas con Alto Potencial tienen fácil la financiación, aunque nunca lo es.  

De hecho, suelen desatarse enfrentamientos entre los actuales socios y entre los nuevos que quieren incorporarse al accionariado para aprovechar esa extraordinaria oportunidad. Típicamente, los accionistas de startups, además de aportar recursos financieros, suelen tener un buen conocimiento del sector en donde se ubica la empresa. En el caso de empresas con Alto Potencial, apenas hace falta ese tipo de accionistas debido a las elevadas expectativas de crecimiento.   

Debido a la mezcla de profesionales autónomos que se convierten en empresarios individuales y startups con crecimiento potencial –que las estadísticas no recogen–, sería muy interesante conocer las startups que son incubadas y aceleradas en la media docena de excelentes incubadoras y aceleradoras que existen en Andalucía. De esta forma, contaríamos con una información más precisa acerca de los resultados de las políticas públicas que se diseñan e implementan en España y en Andalucía.  

Contar con información desagregada sobre autónomos que operan en sectores tradicionales y emprendedores que lo hacen en sectores tecnológicos con Alto Potencial de Crecimiento permitiría un diseño e implementación más eficaz de las políticas públicas. 

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