A ti te quería yo ver

La Real Balompédica tiene la posibilidad de consumar el próximo domingo (12:00) la siempre desagradable tarea de descender a un rival a Tercera divsión. Sólo que en este caso y por tratarse precisamente del contrincante de que se trata, el Écija Balompié, para buena parte de los que residen en el vestuario y a muchos de sus aficionados esa opción se les antoja preñada de cierto sentimiento de venganza. Deportiva, pero venganza. Los astigitanos asestaron la pasada campaña un golpe que acabó por ser definitivo para que el conjunto de La Línea no disputase la fase de ascenso a la Liga Adelante. Lo hizo en la penúltima jornada en un duelo que estuvo rodeado de mucha tirantez. Ahora se han vuelto las tornas.

Las desavenencias entre balonos y ecijanos comenzaron a caldearse en diciembre de 2012. La Federación dictaminó que el último partido de dicho año, el de la jornada 18 de la temporada 2012-13, tenía que jugarse el sábado día 22 para garantizar a los futbolistas y técnicos que disponían de tiempo suficiente para celebrar la Nochebuena en sus ciudadades de origen. La Balona solicitó al conjunto azulino que aplazase la contienda al domingo por cuestiones económicas y éste se negó aduciendo que algunos de sus futbolistas ya tenían cerrados viajes para ese día 23.

La negativa no sentó nada bien al presidente albinegro, Alfredo Gallardo, que arremetió contra el club sevillano, la AFE y la Federación y fijó el comienzo de las hostilidades a las 22:00 horas del sábado, lo que garantizaba que el Écija regresaría a casa de madrugada y sus jugadores con escaso tiempo para emprender sus desplazamientos que le conducían hacia sus vacaciones. El duelo se resolvió con un incontestable tres-cero merced a goles de Juampe (2) y David Hernández.

Pero llegó la vuelta. El 12 de mayo se disputaba en el vetusto San Pablo la penúltima jornada de Liga. Los albinegros afrontaban esa contienda en una cerrada pelea con Albacete, Lucena, San Fernando y Almería B por una de las dos plazas que daban derecho a jugar la mal llamada liguilla aún vacantes. Apenas un punto separaba a todos los conjuntos con aspiraciones y un hipotético triunfo de los albinegros les podría haber brindado la posibilidad de depender de sí mismos en la despedida liguera, en la que recibían al Lucena en el Municipal.

El Écija sólo podía aspirar a lo que entonces se antojaban unas remotísimas posibilidades de disputar la Copa. Los jugadores se aferraron a eso -el tiempo acabaría por darles la razón, por cuanto la Federación acabó concediéndoles una plaza en la edición que concluye el próximo miércoles- y aunque no lo hicieron público apelaron un malestar con la Balompédica por lo sucedido en la primera vuelta.Tanto que se cuenta que en la caseta había recortes de prensa recordando lo sucedido en diciembre.

Lo cierto es que la centenaria escuadra albinegra y muy especialmente algunos de sus futbolistas, a pesar de contar con unos 200 incondicionales en la grada, no rindieron como se esperaba en un partido tan trascendente y el conjunto de casa lo hizo al límite, logrando un triunfo (1-0) con un gol de Ayina en el 19'. Por cierto, el choque se jugó a las 18:00 horas... por imposición federativa.

Aquel revés fue decisivo. La Balona afrontó la última jornada séptima y a tres puntos del Albacete (cuarto), pendiente sólo de una carambola milagrosa que, a pesar de que los de Rafa Escobar doblegaron a los aracelitanos (2-0) no se produjo porque no fallaron sus máximos rivales.

En definitivas cuentas, los linenses se dejaron sus opciones en aquella derrota en Écija que ya empezaron a vengar en la primera vuelta con el recordado 0-5, pero que ahora tienen oportunidad de certificar con el descenso del enemigo. Un motivo extra, además del prestigio que supone ir a la Copa, para que la Balona salte al campo el domingo con todo para romper su racha de tres jornadas sin conocer el triunfo.