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Una insultante pájara (4-1)

  • Una Balona irreconocible, indolente y desajustada, pierde con toda justicia en su visita al Betis B Los albinegros ofrecen tras el descanso una imagen triste, sin oponer resistencia

La resaca de la victoria sobre el Cádiz, de una semana cargada de tanto elogio y tanta palmadita en la espalda, pasó factura a la Balompédica que cosechó ayer, ante el Betis B, una derrota sonrojante, por más que, siendo un indiscutible tirón de orejas, no dispare [aún] las alarmas. La Balona fue en la Ciudad Deportiva Luis del Sol un equipo irreconocible, indolente, sin capacidad de reacción, hasta desordenado en la última media hora.

Los de La Línea estuvieron a merced del filial heliopolitano que, como mandan los cánones cuando pintan bastos, puso en el césped todo lo que tenía y más y que tras el descanso encontró en Fabián -para eso se lo había prestado el equipo de Primera- a su guía espiritual. Con mucho, el peor encuentro de la era Manolo Ruiz, porque si algo no le había faltado a la centenaria escuadra linense desde la llegada del técnico jerezano era el amor propio, la actitud. Lo que él llama intensidad. Y ayer, durante un buen rato dejó la impronta de estar disputando un amistoso. Algo que no se merece su masa social y muchos menos los que se habían gastado los cuartos en desplazarse hasta la capital hispalense.

La Balona experimentó en apenas una semana una metamorfosis imposible de digerir. Del equipo que llevó al extremo el sacrificio, la solidaridad y la disciplina táctica hace una semana para derrotar a un grande, pasó apenas siete días después a parecer un conjunto anárquico, amén de irreverente con su sobrenombre de Recia. Vale como atenuante que no estaban sobre el césped jugadores que se están convirtiendo en más importante de lo que parece para este colectivo (Zamorano por su tesón y Ximo Forner por su conocimiento del juego) pero en absoluto es un eximente.

Ni los futbolistas honraron su camiseta ni el míster estuvo esta vez especialmente certero. Modificó el dibujo colocando a Stoichkov y Espinar arriba y en el centro un rombo en el que Juampe hacía de media punta y Maurí y Gabriel [que en nada se pareció al del duelo con los de Carranza] se recogían sobre el centro. Quería ir a por el partido, pero el experimento le estalló en las manos. Por un lado benefició la profundidad de los laterales locales: Rafa Navarro (que cuando jugaba en el Gerena coqueteó con la Balona) y el internacional domicano Junior. Por otro, la espina dorsal de los albinegros se volvió vulnerable, sin sujeción. Hasta el punto de descentrar a Ismael Chico, que pretendía tapar las innumerables vías de agua y acabó por no saber muy bien dónde acudir.

Dentro de la debacle, el primer tiempo fue más disimulado. Tanto que acabó en empate, aunque en buena medida porque el árbitro ignoró unas manos de libro de Javi Gallardo dentro del área en el once. Dos minutos antes ya había llegado el uno-cero. Un error en cadena del que participaron Gabriel, el propio Gallardo, Joe y Olmo permitió a Juanma descerrajar un disparo potente abajo que no encontró réplica en Mateo.

Los visitantes no tardaron en devolver el golpe. En el 21' Juampe demostró una vez más ser el más listo de la clase y solucionó una melé en el área verdiblanca con el tanto del empate. Fue el único disparo/disparo de la Balona entre los palos en toda la mañana. Porque en el cuatro Espinar -que cada día se antoja más difícil de recuperar para la causa- había sido capaz siquiera de contactar con el balón en un centro atrás de Gabriel.

El último cuarto de hora de la primera mitad no dejó grandes sobresaltos, pero se palpaba que la Balona estaba incómoda, que se sabía vulnerable.

Y después del descanso vino el chaparrón. El Betis B jugó como le agrada a su técnico, con gusto, agrandando el campo por las bandas desde el puesto de Fabián, que descubrió que por ahí estaba haciendo sangre. El cuadro de las trece barras subió un peldaño el ritmo y la Balompédica, como un ciclista frustrado en una cuesta, fue incapaz de seguirle el ritmo. Ni siquiera de que pareciera que lo intentaba a base de orgullo. Nada. Una segunda parte horrible en la que los visitantes acabaron por desempolvar muchos de sus pecados de un pasado no tan lejano.

Cualquiera que estuviese viendo el encuentro adivinaba que sólo era cuestión de tiempo, porque el equipo de La Línea se iba descomponiendo poco a poco, sin que el entrenador [que miraba repetidamente al banquillo en busca de un antídoto] encontrase remedio. Y el Betis B cada vez estaba más presente, más solvente.

En el 69' y con Joe y Narváez tendidos en el suelo el desajuste fue mayúsculo. Y el balón llegó a Fabián, que no perdonó.

Lo que quedaba de encuentro no fue siquiera un quiero y no puedo. Fue, simplemente, un no puedo. El filial verdiblanco terminó de aprovechar la conocida candidez defensiva de los albinegros para redondear la cuenta y, ya en el añadido, hacer el cuarto.

A los aficionados balonos desplazados hasta Sevilla el árbitro la hora le salía de dentro, porque empezaban a temer por un desbarajuste aún mayor.

El que pensase que la Balompédica tenía todos sus deberes hechos ya sabe que no estaba en lo cierto. El que echase cuentas para aquello de la Copa, puede ir guardando las calculadoras. La Balona dejó en la Ciudad Deportiva del Betis una dosis importante de su credibilidad. Puestos a sacar el lado positivo, los albinegros tienen tres puntos después de jugar con Cádiz y Betis B. Lo que la mayoría calculaba. Cosas del fútbol. Y el domingo, vuelta a Sevilla.

Árbitro: Alexandre Alemán Pérez (Gran Canarias). Si algo hizo mal, fue beneficiar a la Balona, sobre todo al ignorar un claro penalti por manos de Javi Gallardo en el minuto once.

tarjetas: Amarillas a los locales Juanma (43') y Fabián (63') y a los visitantes Maurí (21') y Javi Gallardo (39').

goles: 1-0 (9') Juanma aprovecha un error en cadena de la defensa. 1-1 (21') Juampe resuelve una melé dentro del área. 2-1 (69') Fabián de fuerte disparo. 3-1 (80') Loren. con un lanzamiento colocado junto al poste. 4-1 (92') José Carlos, de cabeza.

incidencias: Encuentro de la trigésimo tercera jornada de Liga en el grupo IV de la Segunda B, disputado en la Ciudad Deportiva Luis del Sol de Sevilla, ante unos 700 espectadores. Lluvia a ratos. Terreno de juego en inmejorables condiciones.

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