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La Balona araña un punto en Mérida que supone que evita el descenso directo de manera virtual Juampe adelanta a los linenses, que regalan el gol del empate

Juampe festeja su gol en Mérida, que puede ser el de la permanencia.
Rubén Almagro

02 de mayo 2016 - 05:02

La Balompédica saldó ayer [nunca es tarde...] una deuda consigo misma que le había venido penalizando durante toda la temporada. Los albinegros lograron un valiosísimo empate en Mérida que supieron no poner en riesgo en una segunda mitad puede que más conservadora de lo que es habitual, pero consecuencia lógica de la manifiesta debilidad defensiva que le persigue. Aquello de que hay partidos que hay que saber empatar, sobre todo cuando el punto puede que no matemáticamente, pero si de forma virtual, se traduce en que el equipo de La Línea ya no puede verse condenada al descenso directo. Sólo le queda evitar también el temido play-out (también conocido como promoción).

Emeritenses y linenses jugaron una primera mitad intensa, en la que sucedió casi todo lo noticiable de un encuentro condicionado por el pésimo estado del terreno de juego, que después de los halagos del míster local al juego de la Balona durante la semana deja un inevitable tufo a premeditado. Después del descanso el calor, el esfuerzo y el mencionado terreno de juego pasaron factura a uno y otro, el duelo bajo de ritmo y de forma implícita los combatientes firmaron un armisticio sólo salpicado por alguna intentona de los forasteros.

La Balona salió en Mérida más consciente que nunca de sus limitaciones. Manolo Ruiz asumió que el empate no era un mal menor, sino un paso más hacia la salvación y tomó precauciones, colocó cinco atrás, aunque a cambio permitió a sus laterales invadir en numerosas ocasiones el campo contrario.

Desde el principio el encuentro estuvo vivo. Después de que un desafortunado Stoichkov enviase alto un pase de la muerte de Manu Palancar (8') llegaron los peores momentos de la Balompédica. En el 10' Mateo vio una tarjeta amarilla por tocar el balón con las manos fuera del área para corregir un error de Joe. En el 11' el cancerbero albinegro metió los puños en un tiro envenedado y en el 16' los de casa reclamaron, sin razón, un penalti de Joe, que vio como el esfético después de tocar en su rodilla golpeaba en su mano.

En el 17' pudo cambiar el partido. Mateo volvió a jugar al límite del área y tocó el balón con la mano. Ni viéndolo tres veces en televisión queda claro si lo hizo fuera o dentro y ante la duda el árbitro indultó al jimenato de ver su segunda amarilla con todo lo que eso hubiese supuesto.

Con esa jugada habían pasado los momentos de zozobra de la Balona, que poco a poco consiguió prolongar sus combinaciones, hasta el punto de que al final del primer tiempo la posesión estaba 51-49 para el bando de casa.

Precisamente en el 26' una salida vertical del capitán Ismael Chico propició la falta que iba a cambiar el encuentro. Juampe (otra vez el mejor, de largo) golpeó y Pedro Conde hizo bueno aquello de los delanteros metidos a defender y metió el brazo medio para protegerse. Indiscutible penalti, porque así valora el reglamento la mano instintiva. Lo tiró el tarifeño y 0-1.

Con el marcador en contra el Mérida no sólo no se acobardó, sino que dio un paso adelante. Y a la Balona volvieron a vérsele sus infinitas vergüenzas defensivas. Ésas que le llevan a tener un sonrojante 47 en el apartado de goles recibidos.

En el 36' los linenses fueron incapaces de desbaratar una acción de ataque rival. Despejaron como niños, el Mérida abrió a banda para que Aitor García centrase burlándose de la oposición (que tuvo mucho de postureo) de Manu Palancar y Carlos Guerra. Joe se despistó, se comió el centro y Pedro Conde cabeceó en segundo palo sin apenas oposición.

Dos después Olmo marró en un control y Aitor García encaró a Mateo y lanzó una vaselina que vomitó el larguero entre el suspiro de todos los linenses que seguían el encuentro por la tele.

Tras el descanso la decoración cambió. El partido fue mucho más lento. Es verdad que se jugó casi siempre en el medio campo de la Balona, que dio un sabio paso atrás, pero también hay que resaltar que esta vez las intentonas del rival por ganarle la espalda a la defensa fueron, casi siempre, inútiles.

Los albinegros hicieron gala de su habitual solidaridad y fueron un conjunto disciplinado, que siempre dio la sensación de tener un disparo en la recámara. Sobre todo cuando la tomaba Juampe.

Del tarifeño fue un lanzamiento letal desde la frontal (57') al que respondió Raúl Moreno con un paradón. En el 72' lo intentó Maurí.

Poco a poco a la Balona le iba durando menos el balón, pero Mateo no pasaba por apuros reales. Para colmo Manolo Ruiz casi como todas las semanas se vio obligado a hacer un cambio por lesión. Manu Palancar amenazaba con romperse y el míster dio entrada a Zamorano.

En el tramo final la presencia de José Ramón, con un par de desbordes, pudo inclinar la balanza del lado visitante, pero sus intentonas quedaron en agua de borrajas, así que el pitido final deja a los linenses posiblemente no donde quisieran estar, pero al menos sí muy pero que muy cerca.

Árbitro: Héctor Juan Bustos (Zamora) Acertó en la señalización del penalti y exceptuando algún momento del primer tiempo, en todas las decisiones relevantes.

Tarjetas:Amarillas a los locales Vicente Moscardó (25'), Raúl Moreno (28'), Pedro Conde (28') y Paco Borrego (39') y al albinegro Mateo (9').

Goles: 1-0 (28') Juampe al transformar un penalti. 1-1 (36') Pedro Conde cabecea, solo en el segundo palo, un centro de Aitor García desde la izquierda del ataque.

Incidencias: Encuentro de la trigésimo sexta jornada de Liga en el grupo IV de Segunda B, disputado, al mediodía, en el estadio Romano de Mérida. El duelo fue ofrecido por la televisión autonómica.

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