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El ascenso que se juega mañana el Algeciras tiene una importancia más allá del aspecto deportivo. El club necesita subir para mantener su masa social y afrontar con más garantías su situación económica.

Los jugadores del Algeciras levantan una portería en un entrenamiento de esta semana.
Francis Mena Algeciras

27 de junio 2015 - 05:02

Es posible que la frase de Baldomero Hermoso Mere de que mañana (19:00) se juega "el partido más importante de la historia del Algeciras" sea una exageración, puede que incluso consciente y con la intención de alentar a los suyos -afición y equipo-, pero la importancia del ascenso, y por lo tanto del encuentro va más allá del aspecto deportivo. Hay mucho en juego para ese Algeciras Club de Fútbol que busca hacer bueno el empate a uno en Segovia: no sólo recuperar la categoría de bronce perdida el año pasado sino también mantener la ilusión y viva la llama de una afición que hace dos campañas despertó de una letargo pero que volvió a sufrir un duro revés. Y, por ende, afrontar con más garantías la situación económica de una entidad que la próxima campaña afrontará su segundo pago de la Ley Concursal y que necesita pertenecer a una categoría que permita más ingresos.

La Tercera división se le queda pequeña al Algeciras en muchos aspectos. El club vio reducido considerablemente sus ingresos procedentes de los abonos y los socios cuando bajó la temporada pasada. Así como las taquillas de los encuentros. La Segunda B de la próxima campaña es un jugoso caramelo para la entidad de La Menacha. Además de la ya asegurada vuelta a la Copa del Rey que tantas alegrías emocionales y económicas dio, el grupo IV de la próxima temporada se presenta atractivo con equipos como el Recreativo de Huelva, el Real Jaén, la Balona... Todo eso se traduce en más ingresos y una mayor garantía económica procedentes de taquillas, posibilidad de más y mejores patrocionadores, etcétera.

Además, un nuevo revés en forma de otra temporada en Tercera división sería un golpe de gracia para una afición que quedó muy decepcionada el año pasado, repletos de alegrías pero que acabó con un descenso cruel. Eso se ha visto esta temporada muy tensa y que el equipo de Mere ha sabido convertir esa angustia en cien puntos. La hinchada albirroja, que parecía vivir una nueva era de properidad, tiene que recuperar la sana atmósfera que había tras el ascenso de hace dos campaña.

Al final, sí que va a ser importante el encuentro ante la Segoviana, el que puede/debe ser el del ascenso. Y no es una responsabilidad o presión exclusiva de la plantilla sino también de la grada. Es el momento de demostrará qué club quiere ser el Algeciras.

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