Algeciras CF

El Algeciras no dejaba escapar la victoria con un 2-0 desde 2008 con Montes

  • La última vez que ocurrió en el Nuevo Mirador en la categoría de bronce supuso el descenso virtual de un equipo joven y condenando por la enorme crisis del club

Un joven Máiquez llora desolado tras el 2-2 con el Talavera en 2008.

Un joven Máiquez llora desolado tras el 2-2 con el Talavera en 2008. / Erasmo Fenoy

No es habitual que al Algeciras CF se le vaya un triunfo en casa tras ponerse con dos goles de ventaja. Lo que ocurrió el pasado viernes ante el FC Andorra puede pasar, más aún ante un rival de esa envergadura, pero el Nuevo Mirador llevaba sin presenciarlo en la categoría de bronce más de trece años.

Hay que remontarse al 17 de febrero de 2008 para rescatar algo similar a lo sucedido ante el Andorra. Aquel Algeciras, en una situación social y económica a años luz de la actual, empató a dos con el Talavera después de una gran primera parte en la que se puso con 2-0 -igual que el pasado viernes- en la ya desaparecida Segunda B.

Aquel Algeciras moribundo y lleno de jugadores bisoños trataba de despedirse de la categoría con dignidad de la mano del gran José Luis Montes, el héroe del último ascenso a Segunda que había vuelta al Mirador para prestar su último servicio. A sabiendas de que el equipo tenía puesto el sello del matadero, Montes aprovechó para dar la alternativa a una camada de chavales, algunos de los cuales han hecho historia después en la entidad.

Por supuesto, el empate ante el Andorra y el mencionado ante el Talavera están separados a un mundo de distancia en cuanto a circunstancias. El proyecto de Iván Ania acaba de echar a rodar con dos puntos ante dos rivales difíciles. Nada que ver con la condena que arrastraba aquel Algeciras de la 2007/08 que terminó por descender a Tercera división.

La crónica de aquel 2-2 de febrero de 2008 se tituló El colmo de la desgracia y su introducción decía así: "Este Algeciras está condenado a revivir la desgracia una semana tras otra. Pero cada vez de una forma más cruel. Ni la mente más perversa sabe ya cómo castigar a la parroquia algecirista, que esta temporada va a sacar un máster en sufrimiento. Ayer, después de quince jornadas sin ganar, los albirrojos merecieron la victoria más que nunca. Fueron superiores a su rival, un Talavera que también descenderá, en todo. Pero nadie contaba con el hombre de amarillo y negro. El colegiado Pardo Martínez, a la chita callando, se tragó tres penaltis a favor de los locales, perdonó la expulsión del portero visitante y estiró la agonía del tiempo añadido hasta el minuto 97… segundos antes el Talavera empató a la rebullasca y con todo el mundo en la olla".

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