El Badajoz, una reconstrucción en línea ascendente

El Algeciras CF tiene una cita este próximo domingo (12:00) con el CD Badajoz, con un equipo bastante cambiado con respecto al que los albirrojos batieron en la primera vuelta en el Nuevo Vivero. Con otro entrenador y con refuerzos de calado, los pacenses están culminando una reconstrucción acompañada por una línea ascendente en cuanto a sensaciones, resultados y clasificación.

Cuando los de Iván Ania asaltaron el estadio de Badajoz a mediados de septiembre, asestaron la primera puya a un proyecto que empezó a desmoronarse rápido. Sin embargo, desde los despachos reaccionaron con presteza y el Badajoz, a pesar de las trabas económicas y concursales, ha maniobrado para tener a José María Salmerón como nuevo técnico y fichajes del potencial de Gorka Santamaría.

El Badajoz encara la 21ª jornada del grupo I de la Primera Federación undécimo con 26 puntos (dos más que los algeciristas) y atraviesa su mejor racha de la temporada después de haber sumado en cuatro jornadas consecutivas con dos victorias, la más reciente ante el líder Alcorcón en el Nuevo Vivero. La flechita, como se suele decir, se ha disparado hacia arriba después de navegar durante muchas semanas en los puestos de descenso.

El Badajoz comenzó la campaña con un triunfo en León y dos empates antes de sufrir su primera derrota en la cuarta jornada ante el Algeciras, que asaltó la casa de los blanquinegros. A partir de ese momento, se empezó a abrir una brecha en la confianza sobre Isaac Jové que desembocó en su destitución en la sexta jornada tras tres reveses.

El club apostó por la experiencia de José María Salmerón, que debutó con una victoria ante el Ceuta, sin embargo los pacenses volvieron a entrar en una dinámica negativa y la entidad fijó ahora la mirada en remodelar la plantilla. El proceso ha llevado tiempo y ha sido paulatino, pero el Badajoz ha mejorado su rendimiento, tanto que en los últimos siete encuentros solo ha perdido uno, el derbi extremeño ante el Mérida a mediados de diciembre.

Además de Jové, el Badajoz 22/23 ha prescindido de los jugadores Javi Ros, Luis Valcarce, Álex López y, el más reciente, Theo Chendri.

El club se ha reforzado con Jannick Buyla (internacional con Guinea Ecuatorial y ex del UCAM), el goleador Gorka Santamaría (que llega del Deportivo) y el central Juanmi García (formado en la cantera del Sevilla). Además, está a punto de cerrar al veterano central Josete Malagón (que estuvo con Salmerón en el UCAM y procede del Talavera).

Con los blanquinegros regresarán al Nuevo Mirador el algecireño Francis Ferrón, un habitual ya cada temporada en las filas enemigas, el central argentino Mariano (ex de la pasada campaña) y otro exalbirrojo como Jesús Alfaro.

Salmerón no podrá contar este domingo en el Nuevo Mirador con los sancionados Matías Acuña y Burlamaqui.

El Badajoz 22/23 solo mantuvo del anterior proyecto a Zelu y Adilson, además del joven portero Narváez. El club realizó hasta 17 fichajes en verano, de los cuales ya han salido algunos. En el vestuario hay jugadores como el portero Kike Royo (Sabadell), los defensas Cordero (Zamora), José Mas (Castellón) o Borja García (Cornellà); los centrocampistas Raúl Palma (UCAM Murcia), David Soto (Calahorra) o Mancuso (Cornellà); y arriba, además de los ya citados, Calderón (SD Logroñés) o el canterano Müller.

El proyecto del Badajoz pasó página a la era Joaquín Parra tras la venta de la sociedad, ahora repartida 60-40% entre el grupo mexicano del empresario José Luis Orante y el grupo de Luis Oliver y su hija Alejandra. El club explicó este verano que iban a reducir el presupuesto de gastos en plantilla hasta el 1,5 millones, lo que habla del elevado gasto que realizó la anterior gestión en un plantel que terminó noveno.

La entidad blanquinegra reconoció en verano una deuda de cinco millones de euros, que se corresponden a cuatro con los acreedores y uno con la Agencia Tributaria y Seguridad Social, por lo que ha abierto un período en el que los acreedores deben presentar toda la documentación referente al reconocimiento de su deuda para adherirse al concurso y hacer valer sus derechos. No hay olvidar que el Badajoz ya afrontó un concurso en 2012 con una deuda de más de ocho millones de euros.