Vía Augusta
Alberto Grimaldi
Anatomía de un bostezo
Fútbol l Tercera división
El encuentro que mañana (17:00) enfrentará en el estadio Municipal a Real Balompédica y Atlético Sanluqueño esconde un reencuentro muy especial. El protagonista no está en el vestuario local. Se sentará en el banquillo visitante. El técnico verdiblanco, Pepe Carrete, regresa, la friolera de veinticinco años después, al escenario en el que debutó con el Valencia, el equipo que marcó su carrera. Una ocasión como otra cualquiera para tirar de nostalgia y recordar el desaparecido trofeo Ciudad de La Línea. Uno de los muchos patrimonios que eran todo un símbolo de la ciudad y que ya no existen.
José Carrete de Julián (Cabojal, cinco de abril de 1951) comenzó su carrera profesional en el Real Oviedo. Este lateral derecho llamó especialmente la atención de los medios nacionales después de borrar del terreno de juego al barcelonista Johan Cruyff que entonces atravesaba el momento más brillante de su carrera. En el verano de 1976 fue traspasado al Valencia, con el que no sólo logró una Copa del Rey y una Recopa de Europa, sino que le sirvió de lanzadera para alcanzar la internacionalidad absoluta.
A mediados de la década de los 70 el Trofeo Ciudad de La Línea era todo un referente a nivel nacional. Las interminables colas de vehículos que se formaban al finalizar los partidos en los aledaños del estadio forman parte de la memoria histórica estival de los linenses que superan la cuarentena.
En la VIII edición, como era costumbre, el torneo linense abría la pretemporada en España, de manera que Málaga (el extinto CD) y Valencia, los dos representantes españoles, disputaban en el entonces José Antonio sus primeros ensayos. Completaban el cartel el Dinamo de Tiblisi (Georgia) y el DWS de Amsterdam (Holanda).
El seis de agosto se enfrentaron el Valencia y el Amsterdam y el equipo ché se clasificó para la final sin pasar apuros (4-0), con goles de Diarte, de penalti, Rep (2) y Saura. Y eso que el meta del equipo rival era el mítico Jan Jongbloed, que llegó a disputar apenas dos años más tarde con su país la final de la Copa del Mundo que Holanda perdió en la prórroga con Argentina.
Aquella alineación, preñada de nombres ilustres, la conformaban: Balaguer, Carrete, Castellanos, Cerveró, Jesús Martínez, Tirapu, Rep, Saura, Diarte, Juan Carlos y Keita.
En la segunda semifinal el Málaga logró la clasificación tras una interminable tanda de penaltis después de que el encuentro tuviese que ser suspendido en el 62' con 0-0 en el marcador por culpa de la niebla.
La larga jornada del ocho de agosto comenzaba con el partido de consolación en el que el Dinamo de Tiblisi le endosó seis al conjunto de los países bajos.
La final también se resolvió sin goles y el Málaga volvió a imponerse en los lanzamientos de desempate, proclamándose por primera vez campeón del torneo, pese a que reunía ya seis comparecencias. Curiosamente lo hizo sin anotar un solo gol, porque la final acabó también 0-0.
El valencia formó aquella noche con algunos cambios con respecto al primer partido, pero Carrete volvió a ser titular: Balaguer; Carrete, Domingo, Jesús Martínez, Castellanos, Tirapu, Red, Saura, Diarte, Juan Carlos y Faubell.
"¿Cómo no voy a saber qué vuelvo al campo donde jugué mi primer partido con el Valencia? Claro que lo sé", comenta. "Ese estadio", que por cierto entonces se llamaba José Antonio, "es especial para mí, porque ese día queda marcado en uno para siempre. Me hace muchísima ilusión volver allí, estoy deseando que llegue el domingo".
"Además no era una ocasión cualquiera, suponía disputar el Trofeo Ciudad de La Línea, que era todo un acontecimiento entonces, fue muy bonito. Y eso que perdimos la final en los penaltis, que recuerdo que los tiramos en la portería que está junto al Peñón", agrega. "No teníamos mal equipo, sino todo lo contrario", recalca Carrete.
También te puede interesar
Lo último
1 Comentario