Sospechas razonables
Baloncesto l LEB Oro
Dos sorprendentes decisiones arbitrales contra el Villa de Los Barrios condicionan el final de los últimos encuentros de Liga y ponen en guardia a sus aficionados
Dos decisiones arbitrales tan insólitas como injustificadas han marcado el final de los dos últimos compromisos ligueros del Villa de Los Barrios. Una situación que indefectiblemente desempolva pasados no tan lejanos en los que el equipo gualdiverde fue literalmente maltratado por este estamento y que pone en alerta especialmente cuando la clasificación de los barreños para el play-off pende de un hilo. Moncho Fernández ejerce de portavoz del vestuario con lo que ya se antoja una letanía ("yo nunca hablo de los árbitros, se equivocan como todos nosotros", dice) pero en el entorno se empieza a mirar las designaciones con enorme recelo.
En la jornada vigésimo quinta el nombramiento de un catalán para el Plus Pujol Lleida-Villa ya comenzó a levantar ampollas. La diferencia en la cancha del Barris Nord entre los dos equipos fue tan abismal que la labor de Marc Tortellá Muns no mereció siquiera un análisis detallado, por mucho que su actuación tuviese tintes caseros. Una semana después el Comité Técnico insistía y era un canario, Juan Carlos Rodríguez de Rada, el que viajaba al Samuel Aguilar para dirigir el partido entre Los Barrios y la UB La Palma. Una 'moda' imprudente, porque, sin poner en tela de juicio la honradez de los que pitan, como poco este tipo de designaciones levanta suspicacias.
Por si no fuese suficiente, su compañero era el riojano José María Terreros San Miguel, protagonista nefasto tanto en las semifinal de la Copa Príncipe del pasado año como en el play-off que enfrentó a los barreños con el Manresa.
Con el partido en el aire, Pedro Rivero inició una penetración a canasta que fue cercenada por los insulares textualmente a golpes. Los árbitros ni vieron -ni oyeron- absolutamente nada. En el contraataque Adrian Moss se vio obligado a frenar el ataque y la falta fue convertida en un alarde de subjetividad en antideportiva entre el júbilo del banquillo de Domingo Rodríguez. Los árbitros habían dejado sin opción de respuesta a los barreños, que cosecharon una dolorosa derrota en casa.
El domingo volvió a repetirse un final muy extraño. Ángel Albacete (Castilla La Mancha) y Francisco José Zafra (Valencia) estuvieron a pique de echar por tierra un triunfo gualdiverde en el Santiago Martín de Tenerife tan trabajado como necesario. Cuando la ventaja de los visitantes era de cuatro puntos (67-71) y quedaban siete segundos en el luminoso decretaron ¡falta técnica! a Pedro Rivero por gritarle "¡voy!" a su compañero José Antonio Ferrer para advertirle que era él quien intentaba taponar un lanzamiento exterior. Los jueces entendieron que trataba de intimidar al adversario. Lo nunca visto.
La jugada se transformó en dos puntos del local Barbour (69-71) y balón para los locales con un mundo por jugarse (siete segundos). Los tinerfeños no sólo consiguieron completar la jugada, sino que encestaron un triple por medio de Francis Sánchez… sólo que el lanzamiento se produjo fuera de tiempo y el triunfo cayó de lado visitante.
Por muchas sospechas, a los árbitros de momento les avala la presunción de inocencia. Pero, de momento.
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