Porteros: una cuestión de números
real balompédica linense
El regreso de Mateo a la titularidad llega avalado por la estadística: el de Jimena aún no ha recibido más de un gol, mientras Lolo Soler se muestra más vulnerable tras su reaparición
El entrenador de la Real Balompédica, Rafa Escobar, tomó el pasado domingo una decisión que sorprendió a muchos: cambió de portero en un partido de la trascendencia de un Clásico, del duelo que él mismo había definido como "el partido". La apuesta le salió bien, pero no era, como muchos interpretaron, un capricho. Lolo Soler, el meta por el que el técnico cordobés había apostado hasta dos veces desde que se incorporó a la plantilla el pasado verano, había entrado en crisis y a la puerta llamaba un Francisco José Mateo que ya la temporada precedente se había demostrado capaz de apropiarse de la titularidad desbancando a Míkel Pagola. Los números de la presente andadura avalan al portero jimenato.
Mateo ha disputado cuatro partidos esta temporada. Tres de Liga y uno, en San Fernando, de Copa del Rey. En dos ocasiones dejó el marco al cero (ante el Sanluqueño y el Algeciras, ambas en el Municipal). En las dos restantes (en el mencionado partido de Bahía Sur y en el Nuevo Los Cármenes ante el Granada B) sólo encajó una diana. Su media es, por lo tanto, de 0.5 por encuentro.
Y lo que es más importante, suyas son el 50 por ciento de las veces que el conjunto albinegro consiguió acabar el partido sin recibir un gol en la presente andadura. Lo que no está mal, ya que sólo ha participado en el 26,6 por ciento de los duelos.
Lolo Soler comenzó la temporada a lo grande. En las cinco primeras jornadas de Liga acumuló todo tipo de elogios no sólo de la prensa, sino también de la afición. La mayoría de los comentarios incidían en la tranquilidad que aportaba al grupo. En ese periodo encajó cuatro dianas, con una media de 0,80 por tarde.
Tras el encuentro con el Guadalajara (quinta jornada) sufrió una inoportuna lesión en una rodilla mientras se entrenaba que le mantuvo apartado de los terrenos de juego dos jornadas.
Ni siquiera la confianza que Rafa Escobar demostró en él al devolver a la titularidad propició que regresase con el mismo nivel de acierto. El propio cancerbero confesó en estas páginas que, a pesar de estar totalmente restablecido en el aspecto médico, no acababa de dar el nivel que él deseaba.
Después de reaparecer ante el Sevilla Atlético (frente al que firmó su segundo 'cero') había disputado seis partidos, en los que el equipo había recibido una decena de tantos. Es decir, tras volver de su periodo de inactividad venía encajando 1,6 tantos por duelo, exactamente el doble que antes de caer lesionado. Y hasta tres veces recibió más de un gol, algo que no había sucedido hasta su lesión.
En el cómputo de ambos periodos (14 goles en 11 encuentros) su promedio es de 1,3, o sea, un gol más que Mateo si sólo se le contabiliza la Liga (0,3).
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