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Ganar cierra todo debate

  • España necesita el triunfo ante Irlanda para disipar todas las dudas del debut. Las especulaciones sobre la entrada, o no, de un delantero acapararon la previa.

España jugará hoy ante Irlanda su segundo partido de la Eurocopa con la obligación de ganar tras el empate inicial ante Italia y en pleno debate sobre si debe jugar o no con un 9.

La actual campeona del mundo y de Europa ofreció claros y sombras en su debut. Más allá del empate ante un rival que había perdido los tres encuentros de preparación para la Eurocopa, el equipo fue gris en la primera parte y mejoró notablemente en la segunda, con posibilidades de ganar. Por su parte, Irlanda fue apabullada por Croacia, que ganó por 3-1 tras aprovechar las múltiples concesiones defensivas de su rival.

Las horas previas al partido estuvieron marcadas por el debate en España sobre el dibujo táctico. Vicente del Bosque, su seleccionador, debe resolver si insiste en seguir jugando sin un punta claro o actuar con un esquema más ortodoxo, con delanteros definidos.

No está claro y en el entrenamiento de hoy no hubo una sola pista. El técnico español podría perfectamente insistir en reforzar la llamada revolución de los pequeños o dar entrada a un delantero. O incluso dos.

"El debate se genera porque no hemos ganado y en segundo lugar porque tenemos mucha gente alrededor que se queda sin jugar, que son muy buenos y ése es el mayor problema para nosotros", razonó Del Bosque.

España prevé que Irlanda plantee un muro defensivo, acumulando muchos jugadores en la frontal del área. No hay una solución científica para contrarrestar tal propuesta. Del Bosque podría contestar llenando el equipo de mediapuntas para jugar el balón por el piso o podría acudir a un delantero clásico para fijar a los centrales.

El primer partido no ayudó a posicionarse en el debate. Torres erró dos ocasiones muy claras en el tramo final del choque ante Italia y demostró que sigue sin confianza. Negredo y Fernando Llorente aparecen como alternativas si el seleccionador decide jugar con puntas.

Por parte irlandesa, Giovanni Trapattoni podría introducir un cambio respecto al equipo que cayó ante Croacia: Jon Walters podría entrar por Kevin Doyle en la punta en busca de más trabajo, más fuerza para apoyar al centro del campo. "Jon ya ha demostrado que con su fuerza puede ayudar tanto a los delanteros como a los centrocampistas. España es técnicamente superior y quizás tenga que cambiar cosas para reaccionar, pero no por la actuación en el primer partido", dijo Trap, que el domingo con 73 años se convirtió en el técnico de más edad en participar en una Eurocopa.

Irlanda no pareció Irlanda ante Croacia. Los nervios, quizás por la primera presencia en un gran torneo en diez años, le costaron recibir tres goles de manera extraña, según Marco Tardelli, asistente de Trapattoni. Porque si de algo puede presumir Irlanda es de defensa. La del domingo fue apenas la tercera derrota del equipo verde desde que Trap se hizo cargo del equipo en febrero de 2008. Hasta entonces, Irlanda llevaba 14 partidos invictos, en 11 de los cuales no había recibido un gol.

El italiano admitió que su equipo sufre con los jugadores que actúan entre líneas, como es el caso de los hábiles mediapuntas españoles como Iniesta, Silva o Cesc. "Debemos corregir esa situación contra España". Otro problema ante Croacia fue el ariete Mandzukic, lo que puede llevar a Del Bosque a poner ya un delantero poderoso como Negredo o Fernando Llorente que puedan rematar de cabeza o abrir espacios en la cerrada zaga verde.

Con una defensa que espera ser pétrea, la consigna luego en ataque es clara: balones a las bandas para que los rápidos extremos McGeady y Duff busquen un centro para Walters, Doyle o Robbie Keane, la gran estrella, que no atraviesa sin embargo un buen momento de forma. "Debemos defender pero también tenemos que marcar", dijo Keane. "Tenemos que creer en que podemos conseguir los tres puntos y en el peor de los casos, al menos uno", dijo.

Ambas selecciones se enfrentaron en el Mundial 2002, en los octavos de final. Entonces, España resolvió su pase en la tanda de penales tras un choque agónico. Ahora, 10 años después, España es otra, e Irlanda no cambió mucho.

El Gdansk Arena, con su césped seco y no se sabe si cortado, será el escenario de un duelo que podría significar el adiós temprano de Irlanda a la Eurocopa y el despegue de España. Si es que se da el resultado más lógico, que es el triunfo del defensor del título.

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