El fondo de inversiones CVC ha salido al paso de las quejas hechas públicas por los jugadores profesionales de vóley playa, con el sanroqueño Adrián Gavira a la cabeza, y ha matizado que a pesar de su aportación económica (300 millones de euros), no tiene un “porcentaje de control dentro de la competición y, además, todas las decisiones sobre el deporte están en cabeza y las toma la Federación (FIVB)”.

Esto quiere decir que la remodelación del circuito internacional, que supone la creación de dos divisiones y la participación de solo las mejores 16 parejas del ránking en los torneos denominados Élite-16 son, siempre según la versión de CVC, responsabilidad de la Federación Internacional y no del fondo.

Este cambio, que afecta ya a temporada 2022, ha encontrado réplica entre los mejores jugadores del circuito. En el caso de Adrián Gavira, junto al castellonense Pablo Herrera, se vería abocado a competir en el circuito Challenge.

En declaraciones a ABC de las que se hizo eco este periódico, el jugador de San Roque expresó: “Esto es un desastre. Estamos hablando de que el 90 por ciento de los equipos de todo el mundo quedarían fuera del Elite 16, lo que haría muy complicada la supervivencia de muchos de estos jugadores. Parece que a esta empresa no le importa nuestro deporte y que lo único que quiere es hacer dinero. Si no lo consigue así, se irá y dejará el vóley playa muerto y les dará igual”.