Blas, la última perla del vivero

La Real Balompédica Linense vive su presente -mucho más halagüeño que lo que palpan sus aficionados como consecuencia de la última derrota a manos del CD El Palo- pero sin dejar de pensar un solo día en el futuro. Casi al mismo tiempo que debutaba con la primera plantilla, después de una larga espera, el canterano Iván, se ha producido la última incorporación a los entrenamientos de Rafa Escobar no ya de un jugador del filial, sino de un juvenil: el centrocampista Blas Álvarez Cortés.

Blas, un mediocentro con unas planta extraordinaria que se formó en los escalones inferiores del Atlético Zabal, ha comenzado a trabajar bajo la disciplina de Rafa Escobar cuando apenas ha cumplido los 18 años y tiene tan entusiasmados a los técnicos de la entidad que incluso se le ha abierto la puerta del equipo de la Preferente, que en la última jornada reconquistó la primera plaza.

La escuadra de Dani Amaya, que comparte el liderato de su grupo de la Primera Provincial Juvenil, se está convirtiendo a la chita callando en un auténtico vivero, un resultado del trabajo que comanda entre bastidores Antonio Cortés.

Ñito ya demostró sus infinitas virtudes en la pretemporada con la escuadra de Segunda B y de hecho el propio preparador ha confesado en más de una oportunidad que ha estado tentado de citarlo para un partido de competición. El meta Richard ya sabe lo que es ir convocado en la categoría de bronce; Blas empieza a ser uno más en los entrenamientos, pero el lunes también disfrutaron de esa oportunidad Chico, Fernando Boza y Labra, a los que no se les quitaba la sonrisa de la cara.

"Yo me considero un jugador de calidad y aunque a veces me han alineado en la banda e incluso en la media punta, creo que donde mejor lo hago es el pivote", explica Blas.

"No podía ni pensar que me iba a llamar Rafa Escobar... me lo dijo él mismo después de un partidillo y ha sido fantástico", abunda el mediocentro, que comparte el tiempo para el fútbol con su instrucción en la Formación Acelerada. "Estoy muy contento, porque estoy aprendiendo mucho, aunque el cambio se nota bastante, sobre todo en la intensidad y el ritmo de juego".

"Le estoy muy agradecido a los jugadores del primer equipo, porque me tratan como uno más y no dejan de darme consejos", explica Blas, que le gustaría acabar pareciéndose a "Chema Mato, Alberto Merino o Ismael Chico".

"Yo de momento no quiero marcarme objetivos, quiero disfrutar del momento, ir aprendiendo, mejorar y ponerlo todo de mi parte para que lo que tenga que pasar, pase".