AD Ceuta: horizontes lejanos

La derrota cosechada el pasado martes a manos del Betis B (0-1) en el Alfonso Murube y la dificilísima encrucijada económica en la que se encuentra la entidad propician que, de facto, la AD Ceuta asuma, justo antes de viajar a La Línea el próximo domingo, que lo que resta de competición es un mero trámite para sus intereses.

Es verdad que antes de ese encuentro ante el filial verdiblanco la opción de alcanzar las cuatro primeras plazas era casi un sueño, avalado por el hecho de haber sumado 13 de 15 puntos posibles en las cinco jornadas precedentes. Era un sueño, sí, pero existía. Pero tras el encuentro del Murube y las renovadas sensaciones de impotencia todo se fue al traste en una nueva demostración de que nada acompaña al equipo en esta campaña para el olvido.

La mayoría de los medios caballas coinciden en que la AD Ceuta no ha sido inferior a casi ningún equipo en cuento a juego, pero como su propio entrenador, Sergio Lobera, reconoce, los resultados muestran que se encuentra por debajo de la media tabla y las circunstancias no pueden ser únicas culpables de un desastre que fue rematado con la eliminación en semifinales de la Copa Federación, el único sustento de ilusión para su hinchada.

¿Qué queda ahora? Ocho jornadas que pueden convertirse en una pesadilla para un grupo de jugadores consciente de que cualquier objetivo alcanzable ya es insuficiente. Un grupo de futbolistas que, además, está más pendiente de cobrar sus tres salarios impagados que de otra cosa.

Con independencia del triunfo bético en el Murube, el resto de la jornada intersemanal confirma una realidad ya conocida, que la cuarta plaza es inalcanzable.

Y el Ceuta tiró sus últimas papeletas de la misma forma que pretendió encenderlas durante la temporada. Lobera asumió que su idea debía trasladarse al césped hasta el último instante y así lo resolvió. Ante el Betis B, su idea de fútbol ofensivo se volvió a topar con la falta de acierto de su ataque y con ello no hay perdón posible por parte del destino.

Pese a la mala racha en numerosos tramos de la competición, pese a las circunstancias ajenas a lo deportivo, el Ceuta podía haberse colocado el martes a cuatro puntos del Betis B, que venía realizando una campaña para el recuerdo y peleará hasta el final por disputar la liguilla.

Las vías a tomar de cara al final son escasas. Lobera tratará de alcanzar la zona que da derecho a jugar la Copa del Rey y para ello debe recuperar a unos futbolistas que no están en su mejor momento anímico. Nadie duda que todo condiciona, pero a la hora de saltar al terreno de juego pocos pueden dudar de la fuerza mental de un grupo que rinde por encima de las posibilidades que sus circunstancias permiten.

Hay misiones por consolidar además de la de decorar ese lugar en la tabla. Guzmán seguirá peleando por goles para brillar con luz propia en este equipo, Elvis quiere confirmar su mejora física con el paso de los partidos y competir con Fernando por arreglar carencias ofensivas inestables.

El futuro de la plantilla también está en juego con ocho jornadas que dictaminarán cuál es el sitio de este Ceuta en la clasificación. La cita en el Municipal de La Línea ante la Balona es otro plato fuerte de la temporada, una cita que ha perdido casi todo su valor real tras el último tropiezo del Murube .