Campo de Gibraltar

El último día de compras da un respiro a la hora de la cabalgata

  • Miles de algecireños se lanzan a las calles de la ciudad para ver pasar la comitiva real, que este año adelanta una hora su salida · Ocho carrozas, carros musicales y pasacalles lucen con el buen tiempo

Las calles céntricas de Algeciras volvieron, de nuevo ayer, a recuperar una intensa actividad protagonizada por una gran marea humana que se echó a la calle para disfrutar, ante todo, de un espectacular día que nada hacía recordar al invierno del que ya llevamos poco más de diez días. Establecimientos y bares lo agradecían, al menos en cuanto a presencia, si bien las bolsas en la manos de numerosas personas, jóvenes y mayores, volvieron a demostrar que, al final, siempre hay algo que se deja para el último momento.

El día 5 de enero, víspera de la festividad de los Reyes Magos, es uno de esos escasos días del año en los que la ciudad revive. Una ciudad, que ya se despereza con el Arrastre de Latas; que invade tiendas y calles buscando ese regalo que aún resta por adquirir y que se vuelca, por la tarde-noche, para aclamar el paso de sus Majestades a lo largo del recorrido de la cabalgata.

Hacia las seis de la tarde, la cabecera de la comitiva iniciaba el recorrido que en esta ocasión se adelantó una hora respecto a años anteriores. Un hecho que desde el Ayuntamiento se consideró que había sido acogido de forma muy satisfactoria por parte del público. Una cabalgata que "ha llenado de ilusión los distintos tramos de su itinerario, que se ha visto completamente abarrotado", manifestaban desde la delegación municipal de Feria y Fiestas.

Ocho carrozas componían el cortejo real, además de pasacalles y carros musicales. Aunque los primeros tramos del itinerario, todavía de día, no dejaban contemplar en toda su intensidad el colorido de las distintas composiciones, una vez se hizo la noche, comenzaron a brillar con luz propia.

Bastante antes del inicio del cortejo, numeroso público se fue posesionando a lo largo de la avenida Virgen del Carmen, vía por la que discurrió la cabalgata que había tenido su origen en la Rotonda del Milenio. Dos pasacalles abrían la comitiva, seguidos de una pequeña carroza que transportaba a distintas princesas de la factoría Disney. Tras los pitufos, circuló una carroza alusiva al Centenario del Algeciras Club de Fútbol. Pequeños y mayores, adornados con gorros de Papa Noel, cantaban villancicos.

Uno de los grandes atractivos para los pequeños es recoger el mayor número de caramelos. Sin embargo, no son los únicos, dado que los adultos, al paso de cada una de las carrozas, compiten con los niños y se "lanzan" literalmente hacia el suelo para agarrar esos pequeños dulces que alfombran las aceras y calzadas tras ser lanzados, a veces con bastante energía, desde las carrozas.

Si el público consigue que no le alcance un caramelo en el ojo o en la cabeza, puede salir bastante contento con su pequeño y dulce "botín". Además de bolsas de plástico o los bolsillos de las chaquetas, el público también puede optar, y así hay quien lo hace, por colocar un paraguas al revés que, además de permitir acaparar más caramelos, también sirve para pertrecharse frente a la lluvia de dulces.

El Ayuntamiento aportó 8.000 kilos de caramelos entre el Arrastre y la cabalgata, además de 60.000 chicles y 3.600 bolsas de distintos gusanitos. A estos se unen los aportados por las empresas y entidades.

A la carroza rojiblanca le seguían en orden la que portaba el mensajero, de Algeciras Ciudad del Sur o la municipal, con el cartero real. La asociación Excalibur, que optó por un barco pirata iba seguida de la estrella. Finalmente, la comitiva la cerraban las tres carrozas más esperadas, las que portaban a los tres Reyes Magos. La primera de ellas, con Melchor, era obra de la empresa CTM. La de Gaspar, de la Peña El Pito y la de Baltasar, preparada por la Peña Novia del Sol. También participó la asociación musical Amando Herrero.

Una media hora más tarde, la cabalgata recorrió Capitán Ontañon, para seguir por Ramón y Cajal y de ahí salir a Fuerzas Armadas y después a Blas Infante, tanto en sentido ascendente como descendente. Finalmente, el centro de atención se trasladó hasta la Plaza Verboom, donde los tres Reyes ocuparon sus respectivos tronos para recibir las últimas cartas de los niños. Después, todos a dormir.

8.000

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