El Gobierno defiende su apuesta por la seguridad en el Campo de Gibraltar frente a las críticas de los sindicatos policiales
Interior destaca el refuerzo de agentes, infraestructuras y medios desde 2018, mientras Jupol y Jucil advierten de una situación “insostenible” y exigen declarar la zona como de especial singularidad
“Algeciras está bien para aprender, pero no para trabajar”: los policías huyen del destino más duro del sur

Algeciras/El Ministerio del Interior saca pecho esta semana ante su gestión de la seguridad en el Campo de Gibraltar, una de las zonas más sensibles de Europa en la lucha contra el narcotráfico. El departamento que dirige Fernando Grande-Marlaska destaca que, por primera vez en décadas, la presión policial en esta zona estratégica ha venido acompañada de un despliegue sin precedentes de agentes, inversión en infraestructuras y mejora de condiciones laborales para las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.
Según los datos que maneja Interior, hoy hay en España 156.463 policías nacionales y guardias civiles, una cifra récord tras la incorporación de 14.400 nuevos agentes desde 2018. A esto se suma la convocatoria de otras 6.032 plazas en 2025, con lo que se pretende consolidar este refuerzo, especialmente en zonas como Cádiz.
El Gobierno también resalta que ha puesto en marcha desde 2018 hasta cuatro planes especiales de seguridad en el Estrecho de Gibraltar y las provincias del entorno, además de impulsar una inversión de más de mil millones de euros en infraestructuras vinculadas a la seguridad del Estado. A través del Plan de Infraestructuras 2019-2025 y los fondos europeos Next Generation, Interior subraya que se han mejorado comisarías, cuarteles y equipamientos en todo el país, con especial atención a los puntos más conflictivos.
En el capítulo laboral, el Ejecutivo presume de haber incrementado los sueldos de los agentes un 38% desde 2018, “más que cualquier otro empleado público del Estado”. Además, España registra actualmente una tasa de criminalidad convencional de 40,6 delitos por cada 1.000 habitantes, la más baja de la serie histórica.
Sin embargo, sobre el terreno, el malestar policial sigue siendo profundo. Los principales sindicatos —Jupol, en la Policía Nacional, y Jucil, en la Guardia Civil— han valorado de forma positiva la actual visita de una delegación de eurodiputados a Barbate y Algeciras, pero advierten que no puede quedarse en una foto. “Hacen falta medidas ya”, han reclamado este lunes en un comunicado conjunto.
Durante la visita, los europarlamentarios podrán comprobar de primera mano la "creciente presión" a la que están sometidos los agentes destinados en la provincia de Cádiz, una zona marcada por la escalada de violencia de las redes del narcotráfico, que ha costado vidas y ha provocado un alarmante repunte de agresiones a miembros de las fuerzas de seguridad, prosigue la nota.
Ambas organizaciones insisten en que la situación es “insostenible” y que la lucha contra el narcotráfico “no puede seguir afrontándose con los escasos medios actuales”. Por ello, reclaman que el Gobierno declare de una vez la provincia de Cádiz como Zona de Especial Singularidad, una figura que permitiría ofrecer mejores condiciones laborales, económicas y sociales a los agentes destinados en entornos de alto riesgo.
También exigen que se reconozca de forma oficial el carácter de profesión de riesgo para los policías y guardias civiles que combaten el narcotráfico y que se actualicen los catálogos de puestos de trabajo para ajustarlos a la realidad operativa.
“El Gobierno debe actuar con contundencia, con una inversión real en seguridad y protección para nuestros agentes”, ha reclamado Aarón Rivero, secretario general de Jupol. “Esta lucha no se gana solo con buenas palabras ni con visitas institucionales. Necesitamos medios, protección jurídica y reconocimiento profesional”.
Desde Jucil, su secretario general, Ernesto Vilariño, ha subrayado que “pocos sitios como el Campo de Gibraltar evidencian de forma tan dramática que ser guardia civil o policía nacional es una profesión de riesgo”. “Aquí los compañeros se juegan la vida, y eso no tiene hoy un reconocimiento claro ni justo”, ha lamentado.
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