Villancicos para los masáis

Más de un centenar de escolares de Primaria del San Ramón Nonato ofrecerá un concierto de villancicos el próximo 23 de diciembre en la Iglesia de San Isidro Labrador. Éste no pasaría de ser un acto más de los que se programan este mes de diciembre con motivo de la Navidad, si no fuese porque la razón de estos dos meses de ensayo es conseguir fondos para construir una casa para niñas masáis en el pueblo de Kiserian, en Kenia.

Es allí, donde las Religiosas Franciscanas del Rebaño de María mantienen una pequeña comunidad en la que trabajan desde el año 2012; y donde ahora tienen como proyecto de futuro la puesta en marcha de un hogar para niñas huérfanas, e hijas de la tribu nómada de los masáis.

La propuesta para participar en esta iniciativa llegó al colegio de la mano de su anterior directora, la hermana María José López, de la misma orden religiosa franciscana, quien todavía sigue muy ligada a la comunidad educativa del centro que dirigió durante tres décadas.

El actual director, Javier Puche, explicó que los niños que participarán en el concierto, unos 120, llevan dos meses trabajando en este proyecto educativo, que se ha desarrollado de manera transversal en algunas de las asignaturas.

El repertorio que han preparado incluye villancicos clásicos y flamencos, y los pequeños estarán acompañados de instrumentos como la guitarra y el piano. Para asistir al concierto, previsto para las 12.00 horas en la iglesia barreña, se solicitará la entrega de un donativo por parte de quienes asistan. El colegio ha invitado a las familias, al público en general y también a los mayores que viven en la residencia de ancianos que el Rebaño de María mantiene en el municipio.

La hermana María José, ahora destinada en Cádiz, informó que el centro que pretende construirse en Kiserian acogerá a un total de 60 niñas, huérfanas o hijas de masáis, para que puedan ser atendidas mientras su padres permanecen fuera realizando trabajos con el ganado.

Las tres hermanas que residen en la Diócesis de Ngong, dos españolas y una nativa, cuentan también con la ayuda de voluntarios del pueblo para sacar adelante una casa y una huerta donde siembran maíz y verduras.