San Roque distingue el esfuerzo y la valía de los hermanos Álvarez Cruz

Académicos, escritores, deportistas y luchadores por la libertad. Son los méritos de diez personas y una entidad vinculados a San Roque, elegidos en el 310 aniversario de la ciudad para rendirles un homenaje institucional.

José María Álvarez Cruz, hijo predilecto; y su hermano Carlos, hijo adoptivo; acapararon gran protagonismo. El prestigioso psiquiatra sanroqueño Castilla del Pino, los menciona en la página 248 de su libro Pretérito Imperfecto: "Por aquel entonces (1936) aparecieron en San Roque una mujer y cinco niños, los Álvarez Cruz...". Ochenta años después cuatro de ellos aún viven y dos han vuelto para recibir un merecido homenaje.

José María Álvarez Cruz rememoró estos años en el discurso final del acto. Licenciado en Derecho, escritor y dibujante, ha escrito numerosas novelas, entre ellas En la Jaula, Encíclicas del Pescador, Vasijas de Barro en Pedazos y un libo de relatos, Soneto en Prosas escoradas a babor, en el que figuran, entre otros, catorce cuentos premiado en su día en otros tantos concursos. Las dos últimas novelas mencionadas figuraron en su día entre las finalistas de dos premios Planeta.

De padre asesinado al principio de la guerra civil por oponerse al levantamiento militar de julio de 1936, junto a su madre y hermanos vivieron enormes dificultades . No por ello, dejaron de luchar, trabajar y estudiar en Madrid para convertirse en hombres de enorme valía.

Todos ellos como explicó José María Álvarez, con gran sentido del humor e ironía en su discurso, han tenido una vidas profesionales plenas. A pesar de ello, tanto él como su hermano Carlos pasaron tiempo en la cárcel por sus ideas. Dedicó la distinción especialmente a su madre y a su abuela, ambas de San Roque "porque ellas son el resultado de sus esfuerzos y luchas para sacarles a flote". También fue muy emotivo el discurso de Francisco Muñoz Guerrero, hijo predilecto de la ciudad, que se mostró muy orgulloso de ser de esta ciudad. Emocionado, Francisco Muñoz se mostró agradecido con la distinción y se proclamó orgulloso y en deuda con su pueblo. Académico, escritor y lingüista, aseguró que nunca encontrará la manera de agradecer este galardón.

Muñoz alabó la ciudad y aseguró que en todos los sitios en los que ha estado ha ejercido de sanroqueño. "La historia de San Roque está escrita en sus calles...hay una magia incontrolada que lo impregna todo como una rosa perfuma el jardín. Pero la historia está escrita sobre todo en el corazón de los sanroqueños, no hay lugar para el olvido y aquí nadie se siente extraño". Finalmente, añadió que sus raíces y las de su familia se asientan en este pueblo, "que son casi prolongación de sus apellidos".

Antonio Cayón Galiardo recibió su galardón como hijo adoptivo de la ciudad. Catedrático de Derecho Financiero y Tributario de la Facultad de Derecho de la Universidad Complutense de Madrid, entre otros cargos está muy vinculado a San Roque. Por problemas de salud no pudo acudir a recoger el galardón y lo recibió su prima María Carmen Galiardo, que emocionada excusó su ausencia.

Manuel Ángel Ortega también recibió esta distinción. De la escuela de los Ortega Bru (su padre y su tío), su arte ha sido muy reconocido en el mundo de la imaginería. Sus imágenes surgidas de los talleres que en su día tuvo en Madrid y Sevilla y ahora en San Roque, se distribuyen por la geografía española. La concejal Marina García, le entregó la distinción.

Carlos Álvarez, mencionado anteriormente, recibió este galardón por nacer en Jerez de la Frontera, a diferencia de su hermano José María. En 1961 inició su andadura poética. En 1962 fue finalista del Premio Antonio Machado, en París con el libro Escrito en las paredes, que traducido al danés le proporcionó el premio bienal Lovemanken, en 1963.

Su carrera literaria está marcada por una profunda sensibilidad poética y por una profunda experiencia vital, centrada en su sentido de la solidaridad y del compromiso social. Ello le llevó a sufrir cárcel varios años durante la dictadura franquista, algo que queda fielmente reflejado en su obra Versos de un tiempo sombrío. Próximamente saldrá su obra poética completa Los sueños, el amor, las intenciones, editada por Adeshoras. El compromiso ha marcado toda su vida y es ejemplo para quienes entienden que una sociedad mejor, más justa y solidaria, es posible.

Angeles López Ruiz es una de las jóvenes relacionadas con el deporte que recibió una mención de honor. Es una de las corredoras españolas más destacadas de su edad y una de las más laureadas. Desde el año 2010 está integrada en los planes de Tecnificación de la Federación Española de Orientación y el Consejo Superior de Deportes.

También recibió este galardón otra deportista, la joven María Parra, que recogió su abuela Andrea Herrera. Actualmente, María Parra, pertenece a la SIGA de Sotogrande, escuela donde entrena y está federada. A pesar de su juventud ha conseguido extraordinarios resultados en el mundo del golf, un deporte que en el municipio tiene un especial arraigo, gracias a los clubes existentes, sobre todo el Club de Golf La Cañada, que ha acercado dicha especialidad a todas las clases sociales.

Francisco Arjona, a título póstumo recibió esta distinción por su labor en pro del deporte sanroqueño. Hizo del deporte una forma de vida, de juego limpio y de compañerismo y su talante es un ejemplo. Recogió el premio su hijo José Arjona.

También Antonia Pérez recibió este título, una vecina con casi 80 años y una vida complicada, que sacó adelante a su familia gracias a su trabajo.

Por último, el colectivo de transplantados, donantes y enfermos de corazón, Trasdocar recibió esta distinción, que recogió su presidente Lorenzo Pérez.

El alcalde de San Roque, Juan Carlos Ruiz Boix, cerró el acto felicitando personalmente a cada uno de los homenajeados, "de los que nos sentimos orgullosos en un municipio en el que trabajamos por nuevo retos conociendo y valorando nuestra historia".