La Justicia marroquí ratificó ayer la sentencia que condena a Jorge Cano y Juan José Ramírez a tres años de cárcel y 177.000 euros de multa por un delito de narcotráfico tras perderse en aguas marroquíes el pasado 5 de junio durante una jornada de pesca. Una nueva desilusión para los afectados, sus familiares y los barreños que creen en su inocencia, que llegó de la resolución del Tribunal de Apelación, su última esperanza para volver a casa después de cuatro meses de pesadilla retenidos en Tánger.

Jorge y Juan José pasaron toda la tarde de ayer entre paseos y los nervios de no saber en qué momento podían ser apresados y llevados a la cárcel. "Yo me lo esperaba todo, pero nadie está preparado para esto", declaró Jorge a este diario, que contó que pasa el tiempo "viviendo, caminando, respirando" con la desilusión y la indignación de que todo el trabajo realizado durante los cuatro meses que han estado retenidos en el país para defender su inocencia no ha servido para nada. De todas formas, piensan recurrir al Supremo y tienen diez días para hacerlo.

"Estamos solos, mucha gente nos prometió que trabajaría y han faltado a su palabra. Esto es como una película, pero no hay un guión igual", añadió Jorge, que no quiso que ayer nadie de su entorno volviera a Tánger para conocer el veredicto. Durante la jornada del martes, una representación municipal y familiares quisieron estar con ellos a la espera de noticias, que se retrasaron hasta ayer.

"La verdad es que yo tenía esperanzas después del último juicio. Esto les está costando la salud a mi hijo y a Jorge", declaró la madre de Juan José, María del Carmen Ruiz quien, junto a otros familiares se volvieron a concentrar ayer con las pancartas que piden su libertad en el Paseo de la Constitución, donde también acudió el alcalde de Los Barrios, Juan Montedeoca, el portavoz del PA, Jorge Romero, y el concejal Salvador Acosta.

"Es una situación difícil de imaginar: una mujer y dos hijos que se quedan sin su padre y un matrimonio sin su hijo, todo por una injusticia", contó Martín Cano, hermano de Jorge. "Estamos indignados y defraudados porque no hemos tenido el apoyo de la diplomacia y del Ministerio del Interior, porque ellos mismos aseguraban que no había elementos para condenarles y conocían la injusticia a la que se enfrentaban", añadió decepcionado. Martín admitió que la familia se siente "defraudada" porque no se han sentido arropados por la diplomacia. "A otros casos como los presos cubanos o los activistas del Sáhara se les presta mucha atención, ¿ellos no merecen el esfuerzo?", lamentó.

No se sienten arropados por las altas esferas, aunque sí por su pueblo. De hecho, hace apenas unas semanas, el pasado 20 de septiembre, cientos de barreños se concentraron en el Paseo de la Constitución para pedir la libertad de sus dos vecinos, entonces retenidos en Marruecos con la misma condena en primera instancia, a la espera de la apelación. Diversas iniciativas han llevado a recogidas de firmas, numerosas cartas al Rey, al presidente del Gobierno, al Defensor del Pueblo, correos electrónicos al Ministerio de Asuntos Exteriores y entrevistas en medios de comunicación que, finalmente, no han servido para librar de la prisión a los barreños.

La pesadilla comenzó hace cuatro meses durante una jornada de pesca en el Estrecho de Gibraltar. Ellos mantienen que se perdieron por el temporal, aunque las autoridades marroquíes les atribuyeron la existencia de una moto náutica abandonada con 260 kilos de droga a 800 metros de su embarcación, Jorge y David.