Jesús Gutiérrez exalta la figura del cofrade y su amor a Jesucristo
El pregonero recuerda las Semanas Santas de hace 30 años en La Villa y alaba la dedicación y esmero de las hermandades y cofradías promulgando valores
La Semana Santa 2010 en Los Barrios comenzó ayer con el pregón de Jesús Gutiérrez García. Con un pregón cargado de pasión, el cofrade nos recordó que las calles se llenan de incienso y azahar ante la llegada del luminoso Domingo de Ramos. Gutiérrez tras dedicar el pregón a los cofrades, a su familia y agradecer al presidente de la Junta Local de Hermandades y Cofradías, Manuel Paine, este privilegio, exaltó los valores que debe poseer un cristiano, en el que la fe en Cristo, su enseñanza y ejemplo perduran tras dos mil años y no "va a haber tendencias culturales, cambios sociales o grandes acontecimientos históricos que lo vayan a poder modificar".
El que fuera hermano mayor de la Hermandad de San Isidro y Nuestra Señora del Rosario trasladó a todos los presentes 30 años atrás con un mágico recorrido por los tiempos complicados y difíciles de su niñez, que sirvieron también de homenaje a todos aquellos que le precedieron en el atril del templo de San Isidro, desde 1983, cuando el reconocido cofrade José Domínguez Rivera pregonó por primera vez la Semana de Pasión de Los Barrios.
Recordó el pregonero con regocijo y nostalgia la plaza de la Iglesia y aquellas Semanas Santas, en la que muchas cosas se hacían mediante la improvisación pero con fieles responsables y comprometidos de aquella época, que "sacaban adelante con dignidad y amor, año tras año, esta celebración". Así, fue dibujando las distintas estaciones de penitencia recordando con emoción los oficios del Jueves Santos, precedidos por un ritual en el que antes o después todo el pueblo participaba, con el silencio y la prohibición de juegos en los distintos establecimientos. La tradición de la vigilia pascual del Sábado de Gloria con los muchachos corriendo detrás de las vacas paludas que las sacaban de las fincas más cercanas, hasta llegar al Domingo de Resurrección con la imagen del Resucitado.
Tras este esbozo de la Semana de Pasión de su niñez, añadió Jesús Gutiérrez que las diferencias con la Semana Santa actual desde el punto de vista religioso, y dentro del interior de cada uno no existe, las diferencias están en las hermandades.
"Para un cristiano de hace 30 ó 60 años tiene el mismo significado, el mismo mensaje que puede tener hoy y el que tendrá cuando pasen otros 30 años", esgrimió. El pregonero elevó su sentimiento religioso y esgrimió la vida de Jesucristo como ejemplo sublime en el que se cultivan todos los valores. "Una sociedad que se precie de ser cristiana no puede por más que entender ese mensaje de Jesús y aplicar su mandamiento", aconsejó el pregonero, para posteriormente, añadir que las hermandades y cofradías deben mirarse en el espejo de Jesús. "El cofrade tiene que parecerse a Él e imitar su ejemplo: la sencillez, la humildad, el sacrificio, el esfuerzo y el trabajo abnegado sin esperar nada a cambio", añadió Gutiérrez.
Este sentimiento cofrade tiene que ir acompañado de un apostolado externo, confirmó Jesús Gutiérrez, "el que se hace cuando llegado el día de su salida y la cofradía pone en la calle a sus cofrades. Así, en la hermandad lo primero que debe encontrar el cofrade es el amor. El amor de Dios convertido en entrega, en servicio y en perdón hacia el prójimo".
Finalmente, el pregonero llevó a los presentes a través de la Pasión de Jesús con las hermandades barreñas. Desgranó con entusiasmo cada una de las estaciones de penitencia, desde el Domingo de Ramos hasta el Domingo de Resurección, pasando por el vía crucis del Cristo del Amor el Martes Santo; el Medinaceli, el Miércoles Santo, el Nazareno y la Virgen de los Dolores del Jueves Santo; y la consumación del sacrificio en el Cristo crucificado del Viernes Santo traducido en el Cristo de la Buena Muerte y en la Virgen del Mayor Dolor.
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